miércoles, marzo 26, 2014

¿QUIÉN ES EL NUEVO PRESIDENTE ELECTO DE EL SALVADOR?

La elección y titánica llegada al poder de Salvador Sánchez Cerén como presidente constitucional de la República de El Salvador, ha puesto a la vista cómo hoy todas las sociedades latinoamericanas y caribeñas han sido penetradas por los mecanismos de marketing y comunicación política impuestos desde los mecanismos globales que dictan los modos de hacer política en nuestro tiempo.
Que las derechas desprecien y combatan a un candidato de la izquierda, que intenten reducirlo, borrarlo o difamarlo, es pan comido en materia de elecciones en la región.
Que algunas izquierdas, incluso revolucionarias, lo ignoren o subvaloren, porque también las hayan dormido con la mercancía hedonista del político joven, bien parecido, con esposa con cuerpo de Barbie y discurso seductor, que es lo que vende, es ya otra historia.
Los procesos electorales se han convertido a tal punto en gigantescas operaciones comerciales de promoción y venta de un proyecto político, un gobierno y un gobernante, que hoy compiten en recursos y publicidad con los lanzamientos de nuevos modelos de autos, teléfonos, champús y hasta comida de gatos.
La empresarización de la política, como parte del proyecto neoliberal global, servida a través de la comunicación de masas inducida por medios transnacionalizados y oligárgicos, lleva no pocas veces a la subestimación de los valores esenciales que hacen de un individuo a un líder auténtico dentro de su pueblo y circunstancias.
La historia de Salvador Sánchez Cerén no es una excepción. Hijo de una familia humilde de carpintero y lavandera, conoció temprano la pobreza y sintió la necesidad de transformarla a través de lo que entonces creía –y aún cree- es uno de los principales instrumentos de liberación del ser humano: la educación. Por esa razón, se hizo maestro. Las aulas lo pusieron a la vez frente a la disímil realidad de su país, haciendo crecer su conciencia de clase hasta transformarlo en un maestro líder social, que encabezaba reclamos de sus similares en su pueblo natal primero y en todo el país después.
De las manos de los movimientos sociales y sindicales que luchaban por reivindicaciones justas en los años sesentas del siglo veinte, pasó a desafiar al poder militar y económico que sostenía las injusticias contra los educadores y contra todo el pueblo. La represión de sus protestas y el asesinato de compañeros lo colocaron en el camino de la rebelión, una vez le fueron cerradas todas las puertas cívicas y tuvo ante sí la única opción de arrebatarle el poder a quienes les oprimían.
A fines de los setentas se unió a las Fuerzas Populares de Liberación que lideraba un sector rebelde de los comunistas salvadoreños y pronto devino uno de sus más aguerridos, disciplinados y estudiosos combatientes. En 1983, tras el suicidio de su jefe, implicado en un tenebroso incidente de intrigas y rencores políticos, le tocó a Sánchez Cerén recoger las banderas y los pedazos de aquella organización a punto de quebrarse por las discordias, refundirla y convertirla en elformidable partido que es hoy.
Nada vacuna contra la adversidad, pero El Salvador y toda Nuestra América ganaron con la decisión mayoritaria de todo el pueblo cuscatleco.

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