jueves, abril 09, 2015

EUSEBIO LEAL: EN PANAMÁ NOS HEMOS SENTIDO SALPICADOS DE LODO

El intelectual cubano Eusebio Leal Spengler es una de las personalidades invitadas al Foro de los Rectores que esta mañana comenzó sus sesiones en el Centro de Convenciones Megapolis del hotel Hard Rock.
Lo que ha sucedido en Panamá con el Foro de la Sociedad Civil se veía venir, dijo en la noche a algunos enviados de la prensa cubana, pues intentaron unir el aceite y el vinagre, como si un titiritero, desde un escenario quisiera componer a la sociedad cubana quitándole al pueblo su representación más legítima e imponiéndole elementos o personas que desgraciadamente se han comportado en muchas ocasiones, o casi siempre, de una forma violenta.

En la imagen, tomada de una televisora panameña, puede observarse como el terrorista Orlando Gutiérrez Boronat, residente en Miami, Florida, e implicado en cerca de 50 planes de assesinato contra el expresidente cubano Fidel Castro, lanza una patada a un funcionario cubano (sostiene una chaqueta en sus manos) de menor estatura y corpulencia que la suya, después de haber botado las flores depositadas por los rectores cubanos en el busto de José Martí del parque Porras, frente a la Embajada de Cuba (que se ve en el fondo de la foto). Fue evacuado en un vehículo de la USAID, que "casualmente", estaba en el lugar.
Acerca de la presencia de los mercenarios denunciados reiteradamente por Cuba añadió que “se ha cometido la indelicadeza de traer a ese tipo de personas. Nosotros hemos venido con la misión de representar a un Estado soberano a una cita que, por muchas razones, es histórica y marcará un punto en la historia”.
Si eso es así, comentó, cómo no sufrir o padecer que, siendo los invitados, los representantes reales de las instituciones y personas de nuestro país, traigan a un criminal connotado que, encima de todo, exhibe la imagen horrenda que por pudor los cubanos no han mirado en mucho tiempo: la del asesino del Che. Con eso uno siente que le ha caído una salpicadura de lodo en el traje limpio. Se siente verdaderamente traicionado.
Interrogado acerca del primer Foro de Rectores de la Cumbre de las Américas aclaró que “se supone que en un ámbito académico estas cosas no sucedan, sobre todo porque ese tipo de personas que integran la contrarrevolución pagada por Estados Unidos no tienen accesibilidad porque carecen de la capacidad intelectual para estar allí.
“Nosotros tenemos que comportarnos en todas partes con altura e hidalguía. No daremos nunca el primer golpe, ni verbal ni físico; lo correcto es representar a Cuba, un pueblo que tiene una educación, un sentido de la vida, de la razón, un por qué luchar y que no puede, de ninguna manera, mancillar su convivencia con personas ajenas y absolutamente impuras para estar en un diálogo político sobre cuestiones de soberanía, sociedad civil, nacionalidad, o sencillamente Cuba”.
Confirmó que el rector Gustavo Cobreiro debe intervenir esta mañana en el panel Visión sobre la Educación Superior en el Desarrollo de la Región: “Le corresponde hablar allí al rector de la Universidad de La Habana por ser una superior entre iguales, por su historia, por lo que ha vivido ese centro a lo largo de los siglos. Si después, en las mesas de trabajo surge algún tema que amerite hacer una intervención, la haremos”.
“No soy un embalsamador de momias ni un personaje del Egipto antiguo”, se defendió en tono jaranero al preguntársele acerca de cómo se siente en una ciudad tan arquitectónicamente moderna, “sencillamente me es ajeno un entorno por el que no puedo caminar pues yo soy un caminante viejo.
“No obstante en Panamá está el Casco Viejo, como le llaman aquí, algo de mucho mérito, Patrimonio de la Humanidad, donde se halla el monumento a Carlos J. Finlay y al que llegaron José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. Ellos pasaron por Panamá cuando el istmo todavía era parte de la América nuestra.
“Años después otros revolucionarios pasaron por aquí, como si fuera de tránsito obligado. Tan es así que Bolívar llegó a pensar que la reunión que se celebraría aquí, el Congreso Anfictiónico, llegaría a ser, por su trascendencia política, más importante que la del istmo de Corinto.
“Lo cierto es que en estos momentos estamos reunidos aquí los americanos, nosotros somos los hijos de Nuestra América y no podemos dejarnos despojar de una idea, de un color, de un pensamiento, ni sentirnos avergonzados de la palabras libertad, democracia o derechos humanos porque quizás los mismos que vienen a denunciar que Cuba no los cumple, son los que la Revolución liberó de sus propias cadenas y de la humillación que como clase, como gente, sufrieron antes de la Revolución”.
(Escrito por Yimel Díaz, tomado de Trabajadores)

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