Después del silencio grosero y la burda manipulación
mediática de las maquinarias transnacionales y oligárquicas, comienza a abrirse
paso la verdad sobre lo que ocurre con el sistema electroenergético de
Venezuela. Bastó la orden
ejecutiva del presidente Trump que urge a la comunidad científico-militar
estadounidense a reforzar los sistemas defensivos en torno a las “tecnologías e
infraestructuras críticas” de Estados Unidos, en caso de ataques
electromagnéticos que podrían “interrumpirlas, degradarlas y dañarlas”.