jueves, septiembre 21, 2017

HURACANES Y CANTOS

Por la poesía -y la canción- se puede comprender a los pueblos. Así es con Cuba y los cubanos. En 1926, cuando el célebre ciclón de ese año atacó a la Isla, la imagen de una palma enhiesta, atravesada por un pedazo de madera, era, más que árbol nacional, el símbolo de que el país, herido, permanecía en pie, lo que inspiró al trovador Sindo Garay. En 1963 Nicolás Guillén compuso tres décimas, según él, de "escaso mérito" que sirvieron para resguardarnos del dolor causado por el ciclón Flora. En 2017, Silvio Rodríguez reflejó el dolor de la destrucción causada por el huracán Irma, enfrentado con las canciones de quienes activan la sobrevida y la solidaridad de todo un país. No por gusto la cultura es espada y escudo de nuestra Nación