Soy uno de los 150 periodistas blogueros cubanos. Uno más de los otros cientos -intelectuales, artistas, académicos, estudiantes, incluso gente simple, sana y limpia- que navegamos en la blogosfera para comunicarnos con todo aquel que quiere leernos y comentar-compartir ideas con nosotros. Desde luego, no soy de esas dos decenas de elegidos de los poderes mediáticos imperiales, por lo que no disfruto de publicidad gratuita de las agencias de noticias y los periódicos, no merezco premios ni gozo de renombre.
Como no tengo que victimizarme ni difamar a mi gobierno para poder existir y recibir un salario no es cubano, soy un ciberoficialista -no me ofenden- cuya verdad no existe, pues para los fundamentalistas del pensamiento único, la única verdad es la de ellos. ¿Soy privilegiado porque accedo a Internet? En cierto modo sí. En un país al que se le bloquea el acceso amplio a la red y debe pagar abusivos precios por hacerlo mediante satélite, los millones de cubanos que lo hacemos en equipos colectivos desde nuestras publicaciones, universidades, instituciones culturales y científicas, empresas y organizaciones oficiales y no gubernamentales desafiamos al censor imperial que manipula nuestro derecho y nuestra libertad en función de sus intereses políticos. ¿Acceso social regulado en Cuba y no privado? Sí, para beneficiar a la mayoría, y no a los privilegiados que puedan pagar. Así, el millón 310 mil enlaces a Internet registrados en nuestro país, en realidad, habría que multiplicarlos por no menos de 3 ó 5 usuarios cada uno, lo que daría que aún en las adversas condiciones de Cuba, al menos un tercio de su población -con el más alto nivel de escolarización y cultura general de la región (lo dice la UNESCO)- se está beneficiando de conectarse a la red de redes. Habría que decir, además, que la tasa de crecimiento de más del 2 mil % registrada en los últimos 8 años es un dato que pocos países pueden exhibir, sin contar la masiva formación y entrenamiento de millones de personas en el uso más amplio de los medios informáticos. Como se ve, nuestros límites son insignificantes frente a la realidad del mundo que nos rodea. Los presuntos blogueros reprimidos , que se han autodeclarado en guerra, y de los que hablan AP, AFP y EFE. Esos que El País y El Nuevo Herald premian compungidos, son en realidad unos farsantes y, de cierta manera unos hackers de conciencias y dinero.
Para evidencia, los dejo solo con el directorio de blogs de la prensa cubana:
http://www.cubaperiodistas.cu/blogueros/directorio_blogs.html
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