Señores
delegados:
Todos ustedes
conocen las circunstancias por las que Cuba está presente en esta reunión.
La delegación de
Cuba ha escuchado con especial atención todas las intervenciones de la jornada
y comprende el valor que GAFIC da a la información. Por ello quiere compartir
con todos sus propias experiencias, nacidas de un compromiso firme, soberano e
independiente con la lucha contra el lavado de dinero y otros delitos afines.
Esta actitud es ajena a presiones que nunca aceptamos y mucho menos a
singularizaciones basadas en fuentes de dudosa credibilidad, que resulten en
una politización y una amenaza.
Cuba ha
enfrentado los problemas con integralidad, involucrando en su solución al
Estado y a toda la sociedad, y no ha combatido solo las consecuencias, sino
ante todo sus causas, aquellas que generan los delitos financieros conexos al
narcotráfico y al terrorismo.
Desde 1959 se
crearon en el país estructuras para perseguir este tipo de delitos, que en 1989
fueron acuerpadas en un órgano estatal y que en 1993, ante las nuevas
circunstancias internacionales, se integró en un Plan Maestro para combatir el
tráfico de estupefacientes y los delitos conexos, incluidos los financieros.
Nuevos pasos se dieron en 1998 con la constitución de la Comisión Nacional
Antidrogas, y en 2001, con la creación del Comité Nacional contra el
terrorismo, en los que están involucrados varios organismos del Estado cubano
apoyados en la interacción con el pueblo y las organizaciones de la sociedad
civil cubana.
Para citar un
ejemplo del significado de esa labor, baste decir que en la última década del
siglo XX Cuba frustró más de cuarenta grandes operaciones de narcotráfico en la
región e incautó y destruyó 37 toneladas de cocaína. Si se considera que cada
kilogramo de dicha droga puede costar en el mercado, por ejemplo, de Estados
Unidos, alrededor de 1 millón de dólares, Cuba impidió el ingreso al sistema
financiero internacional de 37 mil millones de dólares en ese decenio.
El resultado de
estos esfuerzos ha sido reconocido por instituciones como la Interpol, que a
fines del pasado siglo considero a Cuba como uno de los diez países líderes
mundiales en operaciones de decomiso de narcóticos.
Existen además
estrechos lazos de cooperación con los
organismos de Naciones Unidas y el Organismo Mundial de Aduanas.
En 1991 Cuba
circuló un modelo de protocolo de cooperación para combatir el tráfico de
estupefacientes y los delitos conexos con la mayoría de América Latina y el
Caribe, cuyo efecto inmediato fue la suscripción de 26 acuerdos bilaterales con
países de la región, Europa, Asia y África y memorandos de entendimiento con el
Reino Unido y Canadá, además de otras formas de cooperación con otra amplia
lista de países latinoamericanos, caribeños y europeos.
Cuba es integrante
de las tres convenciones sobre narcotráfico y delitos conexos, además de activo
participante en todos los convenios aduaneros y en los instrumentos y órganos
de Naciones Unidas dedicados a la materia, incluidos aquellos subsidiarios como
la HONLEA.
Misiones
oficiales de más de cincuenta países han podido visitar nuestro país y recoger
libremente información sobre el limpio desempeño cubano, el rigor de sus
procedimientos técnicos y el profesionalismo y compromiso de las autoridades
implicadas. Recientemente se produjeron más de 400 intercambios informativos
con 18 países, así como numerosas acciones de capacitación y cooperación que
involucran una importante cantidad de recursos financieros y que condujeron a que
Naciones Unidas calificara sus proyectos en Cuba como de los mejor ejecutados
en toda el área.
A pesar de la
hostilidad de su principal vecino y de su política sistemática de bloqueo, que
impide a Cuba desplegar mayores esfuerzos, el gobierno cubano ha realizado y
documentado una larga lista de acciones de cooperación puntual con la DEA y
otras autoridades de los Estados Unidos en la lucha contra los delitos del
narcotráfico en la región y ha puesto desde hace años en manos del Gobierno de
ese país y ha reiterado una propuesta de acuerdo de cooperación bilateral que
hasta hoy no ha sido respondida.
Todas las
acciones de Cuba se reforzaron después del 11 de septiembre de 2001. El país,
que en aquel momento era parte de todos los instrumentos internacionales contra
el terrorismo, fue activo promotor, suscriptor y parte de los nuevos
instrumentos, procedió a actualizar toda su legislación nacional, incluido el
Código Penal, y ha rendido 7 informes al Consejo de Seguridad.
Por ello, al
escucharlos exponer sus respectivas situaciones nacionales y comprender el
carácter técnico de las recomendaciones, no podemos menos que confirmar que
todo intento de prejuzgar o juzgar a Cuba ignorando todo el trabajo realizado
por nuestro país, no es en modo alguno un acto constructivo, ni de confianza, ni
favorece la cooperación que requiere la lucha común contra el terrorismo, el
narcotráfico y los delitos financieros con ellos relacionados, de la que todos
los presentes en esta reunión tienen suficientes evidencias por parte de
nuestro país.
Muchas gracias
INTERVENCIÓN EN NOMBRE DE LA DELEGACIÓN DE CUBA AL FINAL DEL PUNTO DE AGENDA IX SOBRE ASUNTOS GENERALES DE LA 53 ASAMBLEA GENERAL DEL GRUPO DE ACCIÓN FINANCIERA INTERNACIONAL DEL CARIBE (GAFIC), San Salvador, 29 de mayo de 2013.
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