lunes, septiembre 17, 2018

UN DELINCUENTE ANDA SUELTO EN LAS AMÉRICAS

Un peligroso delincuente internacional anda suelto por las Américas. Viste de cuello blanco, presume de vegano y escoltado trota en las mañanas por los verdes prados de la Explanada Nacional de Washington. Se mueve entre los países de la región con dinero de sus gobiernos, sin que nadie controle el uso espurio que da a esas finanzas.  
Disfrazado de Secretario General de la desacreditada Organización de Estados Americanos, se trasladó a la ciudad de Cúcuta, en la frontera de Colombia con Venezuela, y allí, agazapado ante la prensa, declaró que se deben considerar incluso las alternativas militares para despojar del poder al presidente constitucional Nicolás Maduro y a su Gobierno de unidad cívico-militar.

Ni en los años más tensos de frontal enfrentamiento ideologico y de aislamiento y agresiones contra Cuba, un personero de la OEA fue capaz de pronunciar semejantes palabras, reservadas por aquella época a los dictadores Trujillo, Ydígoras, Stroessner y Somoza, además de la fauna prehistórica de Miami y los conspiradores de la CIA.

Luis Almagro ha decidido ponerse por encima de la Carta de la ONU y de los principios y normas elementales del derecho internacional. Ha violentado la Carta de la OEA y hasta la Carta Democrática Interamericana. Su enfebrecido delirio antibolivariano lo ha llevado a colocarse al margen de las prerrogativas de su cargo y hacer uso abusivo y criminal de sus ellas, presumiendo que antes de concluir su triste mandato habrá enterrado a los chavistas. 

Su peligrosa amenaza e incitación al uso de la fuerza militar y, por consiguiente, a la guerra, es un delito punible. Sus dichos y actos son inadmisibles en una América Latina y un Caribe que proclamaron la paz como norma de convivencia entre sus hermanas naciones, y entre estas y el mundo. Su actitud evidencia total complicidad con aquellas otras fuerzas e individuos que dentro de nuestra region y en el propio imperio, añoran la era de las invasiones de marines, dictaduras militares, el TIAR y la Escuela de las Américas, que tantas tragedias causaron.
Ni siquiera cabe concederle el crédito de la locura, aunque lo parezca. Luis Almagro se ha convertido en un terrorista de la palabra, en un verdadero delincuente internacional. Debe ser circulado, repudiado y detenido. Ni siquiera la desprestigiada OEA lo merece; ni aún el grupúsculo que aglutinó para conducir la agresión contra la revolución boilivgariana. Muchos lo han denunciado enérgicamente. Venezuela se defenderá de cualquier agresión y vencerá.

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