Estimado Sr. Director de Centroamérica, Caribe y México
Excelencias
Distinguidos invitados
Queridos amigos
Les damos la bienvenida a la
Embajada de la República de Cuba, cuyo pueblo acaba de celebrar con orgullo y
profunda alegría su Día Nacional, el 1 de enero, fecha en que se cumple el 61
aniversario del triunfo de la Revolución.
Sobrevivir a la guerra que se nos
hace, derrotar los planes de derrocamiento del orden constitucional adoptado
libremente por los cubanos, arrancarle todos los días una piedra al injusto y
criminal bloqueo con que se nos pretende rendir por hambre, enfermedades y,
ahora de nuevo, por parálisis energética; y encima de todo, llevar adelante
nuestro propios planes y sueños, cumplir los objetivos de desarrollo sostenible
de Naciones Unidas, avanzar en el perfeccionamiento institucional y democrático
del estado socialista, con justicia y dignidad para todos, y por el bien y la
prosperidad de todos, es, a todas luches, una epopeya victoriosa que bien
merece festejar.
Por eso los hemos invitado y
acogido hoy en Buenos aires, capital de la Argentina, una de las repúblicas que
abrió el camino independentista de los pueblos de Nuestra América.
La Argentina a la que sirvió José
Martí como su cónsul en Nueva York, y a la que defendió en aquella Conferencia
Monetaria de las Américas, en la que el naciente imperio del Norte, pretendió
temprano imponer a todos su lógica financiera depredadora y colonizante.
La Argentina que los educadores
cubanos apoyaron en la reforma de las universidades, frente al dogmatismo y el
escolasticismo de la época, y que años después, en 1961, envió sus
alfabetizadores a la Isla.
La Argentina donde nació el Che
Guevara, que vio con simpatías renovadas los esfuerzos de los cubanos por
labrarse un camino propio; que acogió en cuatro oportunidades a Fidel Castro y
luego lo despidió de manera inolvidable.
La Argentina cercenada y violentada
por el terrorismo de Estado, que no vaciló en acompañar solidariamente nuestros
reclamos por recuperar la soberanía sobre el territorio ocupado por la base
naval de Guantánamo, suprimir el bloqueo, recuperar los restos del Che y sus
compañeros en Bolivia y luego, los de nuestros dos diplomáticos secuestrados y
desaparecidos.
La misma Argentina a la que jamás
ha faltado ni faltará el apoyo cubano para recuperar su soberanía sobre las
islas Malvinas.
La Argentina de los poetas y
cantores que fundaron Casa de las Américas; de los artistas y arquitectos que
dejaron huellas perennes en nuestras calles; de los deportistas que nos han
llevado y traído la pasión por el fútbol y el beisbol; de los periodistas que
fundaron Prensa Latina y reportaron nuestras luchas, tristezas y alegrías; de
los empresarios que creyeron y creen en el comercio sin fronteras ni sanciones,
en la economía solidaria y en la cooperación entre hermanos, y con los cuales
asumimos compromisos que siempre honraremos, por muy adversas que sean las
circunstancias.
En fin, la Argentina que envía a
Cuba todos los años a decenas de miles de turistas y que ha acogido a miles de
ciudadanos cubanos que han creado familias binacionales; con la que tenemos más
cosas en común que diferencias, y que, como Cuba, prefiere creer en la unidad
de la diversidad.
Como expresó nuestro Presidente Miguel
Díaz-Canel hace un mes al hablarles en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la Universidad bonaerense, “no hay fuerza en el mundo
que pueda separar a argentinos y cubanos”.
Somos actores regionales activos en
la defensa de la paz, el multilateralismo y la integración latinoamericana y
caribeña, frente a sus poderosos adversarios.
Sabemos que juntos podemos
construir y consolidar nuestros propios consensos, limar asperezas y restaurar
la confianza donde se haya perdido en Nuestra América, ayudando a superar
diferencias y a centrarnos en lo que nos une.
El equipo que hoy se incorpora a la
Embajada viene imbuido de ese espíritu, comprometido con dar continuidad a la
labor de todos sus predecesores, incluidos aquellos que despedimos y que
sirvieron bien y con amor.
Unos y otros sabemos que siempre
encontraremos aquí corazones y brazos apasionados y receptivos, como solo
habitan en el Río de la Plata, dispuestos a hacer crecer nuestra historia común
de gratitudes.
Por todo eso les propongo brindar
ahora como mismo hicimos con nuestras familias la noche de año nuevo:
¡Viva Cuba libre!
PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA, EXCMO. SR. PEDRO P. PRADA, EN RECEPCIÓN POR EL DÍA NACIONAL DE CUBA
Embajada de Cuba en Argentina, 10 de enero de 2020
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