Nuestra historia nos enseña una y otra vez que sí se puede, que siempre se puede, si se trabaja en unidad y con pasión, si nos esforzamos para vencer cada obstáculo y hacer un país mejor donde podamos cumplir nuestros sueños, si perfeccionamos la democracia socialista y los derechos que disfrutamos, si nos exigimos siempre más y, sobre todo, si sabemos defender todo lo logrado. Y lo hacemos con la misma convicción aprendida de José Martí que el Presidente Díaz-Canel invocara en días recientes: el patriotismo es un deber santo cuando se lucha por poner la patria en condición de que vivan en ella más felices todos los seres humanos...