El reciente anuncio de sanciones contra mi país, hecho por el gobierno de Estados Unidos al calor de una batalla electoral que, ratifica la putridez del sistema político norteamericano, advertido brillantemente por José Martí desde fines del siglo XIX en sus crónicas para el diario argentino La Nación, confirma la molestia y frustración del gran vecino por la continuidad libre, soberana e independiente de la revolución cubana.