Co. Enris Antonio Arias,
alcalde municipal de Comacarán
Distinguidos invitados
Queridos ciudadanos de
Comacarán, hermanos salvadoreños, hijos
de este pueblo noble y heroico
Hoy
va a ocurrir aquí un acontecimiento excepcional que nunca debe olvidarse (APLAUSOS). Cuando esa bandera sea
izada, ustedes estarán dejando atrás más de quinientos años de historia de
usurpación y conquista, cuando el colonialismo español se apoderó de estas
tierras que eran de pueblos ulúas y taulepa-ulúas, condenándolos al olvido y la miseria.
Estuve buscando datos, porque a un
pueblo alfabetizado hay que tratarlo con mucho más respeto y hablarle con más conocimientos.
El 15 de octubre de 1577 Comacarán fue
incluido como "pueblo de confesión" en el convento franciscano de San
Miguel, junto con la población de Gueymetique o Guaymetique, de origen lenca,
que por ser de escaso número de habitantes se extinguió o se fundió con los
comacarenses originarios.
En 1689, según una crónica franciscana,
San Gerónimo Comacarán, situado
en terreno "muy áspero y pedregoso", tenía 50 personas de confesión
entre hombres y mujeres. En 1740 San
Gaspar Comacarán tenía unos 60 habitantes, según aseguran los
asientos históricos de la alcaldía mayor de San Salvador. El arzobispo don
Pedro Cortés y Larraz escribía entonces que en 1770, Comacarán tenía una
población de 95 indios repartidos en 20 familias y 48 ladinos distribuidos en
10 familias. Años después, cuando el país se había independizado de España, el
12 de junio de 1824, Comacarán se integró al departamento de San Miguel
y siguió creciendo en los años subsiguientes de modo que, hacia finales del
siglo XIX, tenía una población de 780 personas que hoy llegan a poco más de 4
mil.
La perseverancia parece distinguir a
los comacarenses a lo largo de su historia: a pesar de no ser reconocidos como
municipio, combatieron por sus derechos civiles y democráticos, y eligieron
durante años a sus propias autoridades, aunque fueran tierra olvidada de Dios y
de algunos hombres. Con perseverancia lograron ser reconocidos como villa en
1997, fíjense ustedes, cinco años después de la firma de los acuerdos de paz. También
con perseverancia han ido construyendo la necesaria infraestructura de vida:
servicio de agua, de electricidad, caminos, escuelas, servicios de salud, con
lo cual han ido borrando las diferencias y forjando la necesaria unidad sin la
cual a los pobres nos es muy difícil sobrevivir en este mundo de rapiñas. Y hoy, cuando se conmemoran doscientos años
del primer grito redentor en El Salvador y Centroamérica, es precisamente en
este lugar donde se proclama al Primer territorio libre de analfabetismo en la
historia de El Salvador, ¡en toda la historia! (APLAUSOS) Eso es una cosa muy
seria.
Yo trataba de hacer un simil, una
comparación, y buscaba en nuestra propia historia un momento similar. Ocurrió
el 8 de noviembre de 1961, cuando Melena del Sur, un municipio ubicado al sur
de la capital de Cuba, fue proclamado el primer municipio libre de
analfabetismo en la historia de mi patria. Allí hubo un acto como este y habló
Fidel.
Comparto con ustedes algunas de sus
emocionadas palabras dichas aquel día. Cito:
“Antes
no hubiéramos tenido la oportunidad de celebrar un acto como este; antes se
reunían los políticos y se reunían los charlatanes, en sus campañas
politiqueras vísperas de las elecciones, y en sus trajines electorales, para
decir siempre la misma cosa, para decir siempre la misma mentira, para
proclamar siempre las mismas promesas falsas.
“Sin
embargo, nunca jamás se habrían podido reunir los politiqueros que
representaban a los intereses privilegiados y explotadores para celebrar un
acto como este. Para celebrar un acto
como este, nuestro pueblo tuvo que luchar muy duro; para celebrar un acto como
este, nuestro pueblo tuvo que derramar mucha sangre: para realizar un acto como este, fue
necesario barrer, con la Revolución, la
tiranía que oprimía a nuestro pueblo, y con la tiranía toda la camarilla de
politiqueros corrompidos que oprimían y esclavizaban a nuestro país; para
realizar un acto como este, fue necesario vencer muchos obstáculos; para
realizar un acto como este, fue necesario enfrentarse al imperialismo
intervencionista y agresor; para realizar un acto como este, fue necesario que
nuestro pueblo se batiera heroicamente contra las hordas mercenarias que en
este mismo Año de la Educación invadieron a nuestro país.
“Mas,
no fue necesario solo el heroísmo de nuestro pueblo; no fue necesario solo el
valor de nuestro pueblo. Fue necesaria también la fe de nuestro pueblo, y fue
necesario el esfuerzo extraordinario que nuestro pueblo, principalmente nuestra
juventud, ha venido realizando durante largos meses, para así poder izar aquí en
este pueblo de la provincia de La Habana esa bandera que dice: “Territorio libre de analfabetismo”.
“El
derecho a izar esa bandera es el resultado del esfuerzo, del heroísmo y de la
fe de nuestro pueblo en su propio destino…” (APLAUSOS)
Con
excepción de alusiones a hechos estrictamente vinculados a la historia de Cuba,
las palabras de Fidel que acabo de leer, dichas hace cincuenta años, encajan
perfectamente en esta ceremonia.
Recuerdo
que hace un año estuvimos aquí cerca, en un cantoncito ahí en las faldas del
volcán Chaparrastique. Se entregaron títulos de alfabetizadas a unas
trescientas personas. Y allí conocí a Enris y conversé con él, y me contó de
los esfuerzos que estaban haciendo y que apenas les quedaban unos trescientos ciudadanos
por alfabetizar. Sacamos cuentas con él.
Entonces
comenzaba el trabajo de asesoría de profesores cubanos expertos en
alfabetización. Los consultamos y concluimos que para los actos del
bicentenario de la independencia, estarían listos para proclamarse territorio
libre de analfabetismo. Luego hablamos con el Ministro y se lo propusimos.
Enris sonreía con preocupación pero seguro de su gente, que no lo defraudaría.
(APLAUSOS)
Todavía
no estaba claro si serían los primeros. Estaban las dificultades para que
llegaran las cartillas, para explicar el método “Yo, sí puedo”, con el que hoy
se está alfabetizando en más de 30 países del mundo; hasta en la culta y
desarrollada Europa, donde todavía hay rincones de pobreza y olvido. Había todo
el temor por aquello que decían, que los cubanos veíamos aquí a adoctrinar y a
lavarle el cerebro a la gente. Puedo preguntar aquí si alguien se sintió
adoctrinado (EXCLAMACIONES DE ¡NO!), si a alguien le lavaron el cerebro
(EXCLAMACIONES DE ¡NO! Y APLAUSOS).
Los
alfabetizadores, los facilitadores, los promotores, los dirigentes todos eran
salvadoreños, cuscatlecos, guanacos (APLAUSOS).
Nuestros compatriotas trabajaron a la sombra, con mucho respeto, cariño
y dedicación. El mérito tenía que ser, como ha sido, del pueblo salvadoreño y
de sus infatigables maestros y alfabetizadores (APLAUSOS).
Luego
vinieron las lluvias terribles de octubre y yo le preguntaba todos los días a
la responsable del grupo de asesores cubanos, a la profesora Aida Terrero
(APLAUSOS), que por si no lo saben, es una de las más calificadas especialistas
cubanas en alfabetización: ayudó en República Dominicana, en Venezuela, en
Bolivia, en Nicaragua, redactó los manuales con que se ha alfabetizado en
varios países (APLAUSOS). Y le pregunté a Aida si peligraba el compromiso.
Además, yo me había comprometido con Enris en que, si lo lograban, estaríamos
presentes para celebrarlo. Comacarán no falló, cumplió, ¡eliminó el
analfabetismo!, (APLAUSOS) y aquí estamos nosotros ahora, cumpliendo también
con la palabra empeñada (APLAUSOS).
De
ahora en lo adelante serán un poco más libres, porque han logrado ser un poco
más cultos. José Martí, nuestro héroe nacional, decía, que saber leer, es saber
escribir, que saber escribir, es saber pensar, y que saber pensar, es saber
ascender. Por eso quisiera regalarles otras palabras de Fidel, dichas cuando
Cuba tuvo también a su primer municipio libre de analfabetismo. Decía de nuevo Fidel:
“…Ahora
nuestro pueblo tiene la oportunidad de saber, de aprender y de conocer las
grandes verdades. Ahora no solo aprenden
la verdad, sino que los que antes no podían aprender ni la verdad ni la
mentira, porque no sabían ni siquiera leer, ahora también aprenderán la verdad
(APLAUSOS).
“Esa
es la importancia que tiene la tarea que ustedes están realizando; esa es la
importancia que tiene la campaña de alfabetización. Y nunca un pueblo se dedicó con más tenacidad
y más entusiasmo a la tarea de enseñar y de aprender; nunca un pueblo le dedicó
tanta energía a la lucha contra la ignorancia, a la lucha por la cultura…
“Los
que enseñan la verdad preparan a los pueblos para comprenderla; los que enseñan
la mentira condicionan a los pueblos para engañarlos.” (APLAUSOS)
Tengan
la seguridad que, como decía Fidel, ahora nadie más los volverá a engañar.
(APLAUSOS)
Pero
no pueden quedarse aquí. ¿De qué sirve alfabetizarse si no continúan estudiando
y, sobre todo, si no impiden que regresen el analfabetismo y el abandono
escolar? Yo escucho siempre lo que dice el Ministro: hay que educarse todo el
tiempo, para la vida. Los que obtuvieron su certificado de segundo grado tienen
que aspirar a llegar a sexto grado. Los que llegaron a sexto, tienen que
avanzar hacia la secundaria básica, calificarse en un oficio, como técnicos. Y
los que ya estén en ese nivel tienen que plantearse seriamente hacer un
bachillerato y aspirar siempre a más. Porque para que Comacarán siga creciendo
y todo el país prospere, van a necesitar obreros calificados, técnicos, médicos,
maestros, ingenieros, arquitectos, artistas, agrónomos, abogados y hasta buenos
contadores y carpinteros. Y será necesario ayudar, además, a otros municipios,
para alcanzar la misma meta y que nadie se quede atrás. (APLAUSOS)
En
el mundo en que vivimos, solo pueden salvarnos los conocimientos y un corazón
muy grande, solidario y generoso, que ame y abrigue a todos los seres humanos,
como siempre nos insiste el Ministro. (APLAUSOS)
Repito
lo que decía Ricardo en nombre de la Organización Iberoamericana de la
Educación: estamos honrados y orgullosos de estar aquí. (APLAUSOS)
Ustedes
le han demostrado al resto del país que sí se podía. Ustedes han reafirmado la
fe en tiempos de descreídos. Ustedes son el nuevo rostro de El Salvador que
cambia, y se unen a todos los países y regiones de Nuestra América que han
echado a andar hacia el futuro.
Nos
sentimos orgullosos de haberlos acompañado, de haber compartido nuestras
experiencias y de haber aprendido con ustedes, y por ello los felicitamos en
nombre de todo nuestro pueblo. (APLAUSOS)
¡Mantengan
viva esa bandera! (APLAUSOS)
¡Que
viva Comacarán, primer municipio libre de analfabetismo en El Salvador!
(EXCLAMACIONES DE ¡VIVA! Y APLAUSOS)
¡Que
viva la educación para todos! (EXCLAMACIONES DE ¡VIVA! Y APLAUSOS)
¡Seamos
cultos, para ser libres!
Muchas
gracias (APLAUSOS)
PALABRAS DURANTE EL ACTO DE PROCLAMACIÓN DEL PRIMER TERRITORIO LIBRE DE ANALFABETISMO EN EL SALVADOR, COMACARÁN, SAN MIGUEL, 19 DE DICIEMBRE DE 2011
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