Querido Medardo y demás compañeros
del FMLN
Hermanos salvadoreños y
latinoamericanos
Hace apenas 48 horas declaramos
en un acto por el 54 aniversario de la revolución cubana las siguientes
palabras:
“…Los
cubanos, que fuimos educados por Martí en agradecer y honrar a quien lo merece
y en sentir como propias las injusticias que se cometen contra cualquiera en
cualquier parte del mundo, queremos dedicar nuestras energías victoriosas de
enero y de todo el año al Presidente de Venezuela; agradecer al Gobierno de esa
hermana nación por la honestidad y valentía con que conduce a su país y a la
vez nos mantiene informados de su estado de salud, y expresarle a todo el
pueblo bolivariano la solidaridad comprometida y el apoyo sin límites de Cuba,
frente a la embestida de políticos, empresarios y medios necrófagos y sin
escrúpulos, que no han comprendido aún que Hugo Chávez no es solo un líder,
sino el pretexto de millones de seres humanos para desatar una revolución
popular genuina que ha simbolizado el cambio de época que vive nuestra América.”
Lo
que ocurre hoy en Caracas y en el mundo, razón de la impresionante movilización
solidaria de los pueblos del mundo, confirma el sentido de nuestras palabras: los
venezolanos han honrado al himno de su Patria. “¡Gloria al bravo pueblo que el
yugo lanzó!”
Hoy
lo hemos visto. Todos los venezolanos son Chávez. Todos son su propio
Comandante-Presidente. Todos se están juramentando hoy como dueños y regidores
de su destino. Chávez ha dejado de ser un individuo. Chávez es hoy un símbolo,
una bandera, que está ahí, librando quizás su más colosal batalla, pero que ya
ha ganado su propia guerra.
Un
impresionante concierto de 22 repúblicas de América Latina y el Caribe se han
dado cita hoy en la capital de Venezuela en una excepcional cumbre conjunta de
ALBA, Petrocaribe y otros países hermanos: presidentes, vicepresidentes,
primeros ministros, cancilleres, ministros y plenipotenciarios no son solo una prueba
elocuente de que la revolución bolivariana está muy bien acompañada, sino que
la época de cambios que una vez describió el mandatario ecuatoriano Rafael
Correa es un hecho, que los pueblos ya no se agotan en un líder y han echado
andar, y que, como decía el Che, su marcha de gigantes no se detendrá hasta
completar su segunda y definitiva independencia.
¿Quién
vendrá a decirnos ahora que hay incertidumbre y temor en Venezuela y en la
región? ¿Quién se atreverá a engañar sobre legitimidad democrática y Estado de
derecho? ¿Quién intrigará cuando Venezuela ha mostrado al mundo la
transparencia de su alma, como un cristal? ¿Quién mentirá sobre el compromiso
de los líderes más preclaros de nuestra América? ¿Quién dudará de la ratificada
generosidad venezolana y de su destino histórico de locomotora de la gran
unidad e integración de nuestros pueblos y naciones?
Los venezolanos, además, nos
han dado a todos una extraordinaria lección de unidad; de conciencia de qué es
lo esencial a salvar cuando está amenazada la continuidad de los cambios
revolucionarios.
Los pueblos latinoamericanos
y caribeños tenemos que agradecerles esa lección y aprenderla bien, si no
queremos revertir con nuestros errores, celos y cobardías la gran
transformación soñada por Bolívar, Martí y tantos otros patriotas, y que ha
sido tantas veces postergada.
No nos equivoquemos. Nuestra
única alternativa es la unidad. Nuestra única alternativa es defender el poder
conquistado. Nuestra única alternativa es la victoria. Como dice el himno venezolano,
sigamos el ejemplo que Caracas dio, y digamos aquí, ante la estatua del
Libertador:
¡Padre Bolívar; esta vez no
araremos en el mar; esta vez tu espada no caerá!
Con Chávez, con Venezuela y
con todo su pueblo, los cubanos y, sin dudas, todos los hermanos de la Patria
grande, lucharemos, viviremos y venceremos todos, como un solo corazón.
¡Viva Venezuela!
PALABRAS EN ACTO DE SOLIDARIDAD Y APOYO A VENEZUELA, PLAZA BOLÍVAR, SAN SALVADOR, 10 DE ENERO DE 2013
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