domingo, noviembre 09, 2014

MUROS... ¿Y MI MURO?

En su libro Espejos, una historia casi universal, publicado en 2008, el escritor uruguayo Eduardo galeano escribió:
El Muro de Berlín era la noticia cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro…
Por fin , ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros brotaron, y siguen brotando, en el mundo. Aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla el muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.
Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y será quince veces más largo que el Muro de Berlín, y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.
Hoy hace 25 años que cayó el de Berlín, pero otros muros crecen y le sobreviven.

Se mantiene como un oprobio mundial y un acto flagrante y masivo de genocidio de un pueblo entero, el Muro del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos de América contra Cuba, con sus avanzadillas fortificadas de los bloqueos diplomáticos, mediáticos y culturales. Un monstruoso engendro que no es herencia de la guerra fría, aunque haya nacido con ella como pretexto, sino resultado del desafío de un pequeño país al espíritu mesiánico de los Estados Unidos de creerse que América les pertenece y que la pequeña isla ubicada a 90 millas de sus costas debió ser parte de la unión americana como soñaron Jefferson, Adams y Monroe. Un acto de guerra que pierde todo el ropaje de "embargo" cuando se revela como e intento de rendir por hambre y enfermedades a todo un puebo, forzándolo a rebelarse contra el poder y el sistema político, económico y social que se dio de modo soberano en épica lucha.Un empecinamiento anticomunista que levantaron los mismos que más se ufanaban en condenar y estigmatizar la artificiosa y bruta división de la capital germana, y que ignora desde hace más de vente años el clamor de la comunidad internacional, que de modo casi unánime lo condena todos los años en las Naciones Unidas y reitera la exigencia de demolerlo sin condiciones, por injusto, severo, prolongado, ilegal y éticamente inaceptable. Pero como ese muro no es de piedra, sino de ideas, leyes, discursos y amenazas, casi no se habla de él, ni se le reconocen sus daños materiales, ascendentes a 1,112,534 billones de dólares, ni se identifican a sus victimas humanas y morales, ni se advierte que el 75 por ciento de los hijos de Cuba han nacido y crecido bajo ese muro del bloqueo...
Galeano se pregunta y los cubanos también nos preguntamos:
¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?

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