Un amigo me cuenta que en su viaje a Cuba, acompañando a su marido Barack, la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, promoverá en La Habana su programa “Let Girls Learn”, el cual, según afirma la Casa Blanca, ha permitido el acceso a la educación a 62 millones de niñas y adolescentes en todo el mundo a las que no se les permite ir a la escuela.
La idea de Michelle, de promover la educación de las mujeres es encomiable
en cualquier momento y lugar, pero hacerlo en Cuba, en el año 2016, donde el
100% de las niñas van a la escuela, la mitad de los profesionales son
féminas, el 70% de la fuerza laboral calificada y el 43% de las diputadas son del sexo llamadlo "debil" parece un plan macabro de los enemigos de su marido, Barack, para que Michelle haga el ridículo en casa del trompo.
Sería más interesante -y eso sí sería un audaz aporte del viaje de Michelle- que sea ella quien proponga a Cuba coordinar acciones en favor de la educación
de las mujeres en el mundo, incluso en EE.UU., incluso en Washington DC, por los arrabales de la Casa Blanca. Cuba puede aportar su experiencia e incluso el método
de alfabetización “Yo sí puedo”, que tanto bien ha hecho en el mundo, como lo asegura la UNESCO.
Vea, a propósito, la Declaraciónn de la Federación de Mujeres Cubanas con motivo de la visita de Barack y Michelle Obama.
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