domingo, noviembre 27, 2016
EL SILENCIO
No hay mayor elocuencia que la del silencio. Es el martiano pudor de los grandes caracteres y es un tropel de
palabras y argumentos; catarsis de razones. Inunda de epítetos y
adjetivos el discurso, refleja tonos, énfasis, matices de las ideas. El
silencio manda en este momento de diálogo entre Fidel y los cubanos y entre
Fidel y el mundo. El silencio estremecedor de un país que llora sin poder
desatar todas sus lágrimas. El silencio está en los ojos que no han dormido. El
silencio está en las bocas de los jóvenes que hoy callan sus alegrías. No es el
silencio del terror y las guerras porque aquí no hay miedos. Tampoco es el de la muerte. Es el
silencio del respeto y la aceptación de la ley inexorable de la vida. Es un silencio
que agradece haber convivido en su tiempo. Diferente. Sin palabras. Trascendente. Así es hoy el silencio de Cuba.
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