sábado, diciembre 03, 2016

NO OS ASOMBREIS: ¡ES SANTIAGO DE CUBA!

Lo intuíamos, más Santiago siempre es mucho Santiago. La misma ciudad que acunó al poeta Heredia, precursor de nuestro patriotismo, que oyó gritar a Mariana Grajales la noche que parió a ese tremendo varón que fue el general Antonio, estrella mayor de la constelación de los Maceo; aquella en cuyas más humildes calles crecieron muchos de los héroes de la guerra contra España que nunca pudieron entrar triunfales a sus casas por la prohibición de los interventores yanquis. Esa ciudad pegajosamente hospitalaria que escondió a los luchadores antimachadistas que huían de la persecución en la capital. Esa ciudad rebelde que fue tomada por el pueblo en 1953 frente a los muros del Moncada, y luego en 1956, vestida de verde olivo por primera vez, para proteger a los expedicionarios del Granma, la del callejón donde se escondió Deborah-Vilma y libró su último combate Frank-David. En la que Doña Rosario le entregó el cuerpo inerte de su hijo al pueblo y este lo atavió con las prendas de jefe guerrillero. Es la siempre heroica que recibió a los barbudos vencedores de la dictadura batistiana y escuchó su primera promesa de libertad y sacrificios. A ella ha vuelto como siempre Fidel, el agradecido, para custodiar a Martí. El que todos quieren ser, se yergue del armón, al ver la Sierra Maestra. ¡Es Santiago de Cuba! ¡No os asombréis de nada!

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