lunes, noviembre 21, 2022

LOS CUBANOS HACEMOS EL MAYOR ESFUERZO, LOS MAYORES SACRIFICIOS, SEGUROS DE QUE CUBA NO ESTÁ, NI NUNCA VA ESTAR SOLA

No tenemos más alternativa que la lucha. No tenemos más alternativa que la rebeldía. Ahí está el ejemplo de Tania, la guerrillera, que ayer cumplió 85 años de vida. Ahí está el ejemplo de Hebe, a la que hoy despedimos, y contra la que no pudieron ni el terror, ni las amenazas, ni las mentiras, ni las ofensas. Ahí está el ejemplo de los defensores de la soberanía argentina en Vuelta de Obligado. No tenemos derecho a cansarnos. Hay que luchar y preservar la rebeldía sin perder la ternura, como enseñaba el Che (Palabras en la clausura del XVII Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba en Argentina, el 20 de noviembre de 2022).

PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA PEDRO P. PRADA EN LA CLAUSURA DEL XVII ENCUENTRO NACIONAL ARGENTINO DE SOLIDARIDAD CON CUBA. ANFITEATRO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE TRABAJADORES DEL ESTADO, BUENOS AIRES, 20 DE DICIEMBRE DE 2022.

Queridas compañeras y compañeros de todo el país, de todos los partidos, organizaciones, instituciones, gobiernos provinciales, intendencias, representados en el gigantesco Movimiento Argentino de solidaridad con Cuba, ¡muchas gracias por estar aquí!

Muchas gracias a sus 43 Casas de Amistad, que no es poco, y que siguen creciendo. He sido informado que, antes que termine el año inauguraremos una más y otra más se abrirá a inicios del 2023.

Un abrazo grande a los representantes de la Asociación de Argentinos Graduados en Cuba (aplausos) –me atrevo a decir, de la Asociación de Profesionales Cubanos nacidos en Argentina.

También agradezco la presencia de la representación de nuestros compatriotas, de los cubanos residentes en Argentina (aplausos), cubanos que sí ostentan a la Patria.

Y a los representantes de la Red de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad, capitulo Argentina, que hoy están aquí.

Quiero destacar –porque los he contado- la presencia de 31 jóvenes argentinos en este encuentro (aplausos y expresiones de “¡Muy bien!”).

¡La cuarta parte de los participantes hoy aquí son jóvenes! No es suficiente, pero es una diferencia importante con respecto al encuentro anterior. Hay que lograr que siga creciendo la presencia joven en las filas del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba. Así que, ahí se lo dejamos como tarea a los dirigentes juveniles que están aquí, a los profesores universitarios y a todos los que puedan llevar a un joven a una actividad.

Miren, propónganse llevar cada uno un joven a una actividad. Imagínense lo que pasaría si los más de 120 participantes que estamos hoy aquí, cada uno logra traer un joven al próximo encuentro. ¿Cuántos serían? 240. ¿Y si después esos 240 de nuevo se proponen traer un joven? ¿Cuántos serían? 480. ¿Y si de nuevo lo intentamos? ¡960! Qué les parece. Eso es progresión numérica (murmullos).

Bien. ¡Qué bueno que nos podamos reencontrar después de tanto tiempo!

Lo primero que me vienen a la mente son aquellas palabras hermosas de José Martí: “se ponen de pie los pueblos y se saludan”. Hoy nos estamos saludando y abrazando aquí los pueblos de Argentina y de Cuba.

Me recuerda también algo muy importante. Durante todos estos años la revolución cubana, los revolucionarios cubanos, el pueblo de Cuba, han hecho esfuerzos extraordinarios para desarrollar el país; para mantener las transformaciones, para defender la revolución. Más de una vez todo eso ha estado en riesgo. En una ocasión Fidel afirmó que en defensa de la revolución cubana los patriotas cubanos habríamos podido perecer todos como los valientes comuneros de Paris. Pero eso no ocurrió porque con Cuba han estado siempre los pueblos del mundo; porque Cuba nunca ha estado sola.

Y eso también se debe a que los cubanos aprendimos de nuestra historia que la Patria a la que pertenecemos, a la que nos debemos y a la que tenemos que defender, es la humanidad. Esa idea de Martí preside con letras de oro el pensamiento internacionalista y solidario de la revolución cubana.

Este encuentro, además, se da en circunstancias muy especiales, que de nuevo me recuerdan palabras de Fidel, porque se ha organizado en circunstancias muy difíciles. Hemos atravesado años tremendos que nos demuestran que, quien no es capaz de luchar por los demás, nunca va a ser capaz de luchar por si mismo. En todos estos años difíciles, Cuba no ha dejado de ser solidaria con otros pueblos del mundo; no ha cesado de defender las causas de justicia, de paz mundial, de la soberanía, la independencia, de la libre determinación de los pueblos. Hoy se mencionaba aquí el caso de Puerto Rico. Esa es para nosotros una tierra sagrada, la isla hermana, que está convertida hoy en una colonia; pero no hemos retrocedido ni un ápice en defender el derecho argentino de ejercer plena soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del sur, y los espacios marítimos circundantes (aplausos). ¡Y nunca dejaremos de hacerlo! ¡Las Malvinas son argentinas! (aplausos prolongados y gritos de ¡Viva Cuba!).

Y está también la causa de la revolución bolivariana. Si entre todos no hubiéramos defendido a la revolución bolivariana; Si el pueblo venezolano, bolivariano y chavista no hubiera defendido esa revolución, ¿qué estaría pasando hoy? ¿En manos de quién estaría el petróleo venezolano? ¿En manos de quién estarían los cuantiosos recursos minerales de ese país, el hierro, el cromo, las tierras raras? ¿En manos de quién estaría la inmensa biodiversidad de Venezuela, las aguas de Venezuela, quién tendría el control del Orinoco? Venezuela está ahí porque los venezolanos lucharon, pero también, porque no les faltó solidaridad ni apoyo de los pueblos de la Patria Grande (aplausos).

Pudiera decir lo mismo de Bolivia, de Brasil, de Colombia, de Nicaragua, de otras tierras hermanas de Nuestra América (aplausos).

Yo les hablaba de las circunstancias en que se está dando esta reunión. Ocurre que después de haber atravesado los dos años terribles de la pandemia de covid 19, en un escenario para Cuba de bloqueo recrudecido, en que se aprovecharon de manera oportunista las circunstancias de la pandemia para agravar o profundizar sus efectos, para causar más daño; durante la cual el gobierno de Trump aplicó 243 medidas enfiladas a golpear a las familias cubanas, estudiadas para dañar con precisión quirúrgica los lugares más sensibles de la vida de los cubanos.

No somos ajenos tampoco a las complejas circunstancias argentinas, que atravesó un período terrible de neoliberalismo, cayó en la pandemia y no ha podido disponer de tiempo ni condiciones para enderezar las cosas; mucho menos con el horrible legado de crisis que dejó el Fondo Monetario Internacional en este país.

Y si como todo esto fuera poco para nuestros países, se inicia una guerra en Europa, que ha acabado con el orden mundial, que ha disparado los precios de los alimentos y del combustible para todos, ha afectado los flujos internacionales de turismo, del que muchos vivimos, y ha agravado aún más las condiciones de vida de las naciones en desarrollo, Cuba incluida.

Yo pudiera preguntar aquí: ¿qué vamos a hacer? ¿Nos vamos a rendir? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a renunciar a nuestras ideas y nuestros sueños? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a desviarnos de la ruta? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a ponernos a llorar y a retroceder por cada obstáculo que encontramos en el camino? (exclamaciones de ¡No!). Lo que corresponde es luchar. Lo que corresponde es continuar. Y eso es lo que nos están indicando los documentos a que se ha dado lectura hoy aquí:

El de la Comisión 1, sobre el bloqueo, que ha descrito la posición del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba contra ese genocidio que acumula ya más de 1 billón de dólares en daños a Cuba a precios del oro, o a precios constantes, más de 150 mil millones. Solo en los primeros 14 meses de la administración de Biden se acumularon 6346 millones; o lo que es lo mismo: 15 millones de dólares diarios de daños a la economía cubana. ¡Quince millones diarios!

Las comisiones 2 y 3, que abordaron los temas del internacionalismo cubano, de las brigadas solidarias cubanas, hizo una propuesta que agradecemos profundamente y que les deseamos que puedan presentarla, a sabiendas de cómo se manejan cosas en el Comité Nobel. Lo importante no va a ser el resultado final, sino el camino que se recorra difundiendo la verdad, difundiendo la obra humanista, solidaria, de los médicos cubanos. Habrá que decir también que esos médicos estuvieron presentes durante la pandemia en 46 países del mundo, brigadas especialmente convocadas para la emergencia, completando un record general de presencia en el mundo de más de 80 países. Y junto con ellos, la hazaña científica de las tres vacunas. ayer recibimos la gratísima noticia de que la Autoridad Nacional regulatoria de México las aprobó para su uso de emergencia, no solo en el territorio nacional de México, sino en todos los países de Nuestra América que homologan las decisiones de la Autoridad Nacional regulatoria de México (aplausos).

También abordaron la Operación Milagro y el programa de alfabetización Yo sí puedo. Siempre que se hablan de esas cosas, me recuerdo mucho de una frase del Che Guevara que desde niño aprendí a leerla y que cubre el pórtico de entrada del principal hospital de Cuba, la madre de los hospitales cubanos, el hospital universitario Calixto García, que dice: “Vale muchísimo más la vida de un solo ser humano que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra” (aplausos).

Esos programas ideados por Fidel, con el apoyo de Chávez, constituyen de las más bellas obras de liberación del ser humano. Un analfabeto difícilmente pueda entender el mundo que le rodea y probablemente votará con el estómago, pero una persona que lea y escriba, que pueda entender la complejidad del mundo, tendrá más posibilidades de hacer la elección correcta. De ahí la importancia de ambos programas.

Y finalmente, lo que abordó la Comisión 4, de Comunicación. Miren, esa es una responsabilidad que tenemos todos en el mundo de hoy. No sé si algunos recordarán algo que decía Fidel cuando empezó en Cuba la batalla de ideas. Fidel avizoraba este momento y decía que la principal tarea que teníamos era sembrar ideas, sembrar valores, y llegó a decir también que lo primero a salvar en el momento más crítico de aquel período especial, lo primero a salvar, era la cultura. No se estaba refiriendo a una rumbita, o a un concierto de guitarra. Se estaba refiriendo al edificio que nos sostiene moralmente, a la historia que nos alimenta, a las tradiciones de las que nos nutrimos. La lengua quechua, la lengua de los pueblos wichi, la lengua de los mapuches, todo eso, si no lo salvamos, si no lo protegemos, donde se cuentan las historias verdaderas y no las que nos enseñaron de Colón, Diego Velázquez y Pánfilo de Narváez, que vinieron a descubrirnos, a conquistarnos y a hacernos “buenos”; esa otra historia, quién nos la va a contar.

Por eso es tan importante la comunicación, sobre todo en este tiempo en que las noticias falsas se han puesto de moda, junto con la manipulación, el odio. No podemos replicar esos mismos mensajes. Yo observaba hoy con profundo disgusto en las redes sociales de algunos personajes, figuras y medios de derecha los mensajes vertidos contra la memoria de la querida Hebe de Bonafini. Vergüenza les debería dar. Es verdaderamente repugnante. Si nosotros no defendemos el legado de Hebe, la memoria de Hebe, quién lo va a hacer. Si no explicamos por qué Hebe se puso al frente de un grupo de madres, desafió a los militares, quién lo va a hacer; quién va a contar de sus dos hijos desaparecidos, de su hija y su yerno torturados; quién lo va a hacer, si no nosotros. Hablo de Argentina, pero pudiera hablar también por Cuba. Por eso felicito el espíritu autocrítico conque el tema se analizaba.    

A ver, hago una pregunta: ¿quiénes tienen cuentas de Facebook aquí (algunos levantan la mano)?... ¿Y se siguen entre ustedes? (algunos pocos levantan la mano) ¡Ahh! ¿Y quiénes tienen cuentas de Twitter?... (algunos levantan la mano) ¿Y se siguen entre ustedes? Algunos. ¿Y quiénes tienen cuentas de Instagram? (algunos levantan la mano) ¿Y se siguen entre ustedes? ¿Y a nosotros quién nos sigue? Empiecen todos cuando lleguen a la casa esta noche a hacer la tarea (risas y aplausos).

Hemos escuchado una declaración combativa, hermosa, precisa en los términos, concentrada en tres demandas esenciales: la eliminación de Cuba en la injusta lista de estados patrocinadores del terrorismo, el levantamiento del bloqueo y la devolución del territorio usurpado en la base de Guantánamo. Esa declaración, debo decirles compañeros, nos llena de entusiasmo, nos da fuerza, nos alienta, en medio de los tremendos sacrificios que está haciendo nuestro pueblo.

Los cubanos, probablemente algunos lo conocen, o muchos ya lo conozcan, estamos atravesando en este momento una situación extremadamente compleja. El país, a consecuencia de ese bloqueo recrudecido y de esas medidas dirigidas a golpear donde más nos duele, está atravesando una profunda crisis energética producto de la descapitalización y la imposibilidad de haber reparado o actualizado las centrales termoeléctricas del país, y de haberse retrasado el programa de despliegue de instalaciones basadas en fuentes de energía renovable. Como consecuencia, nuestra gente está sometida a apagones de 6 u 8 horas que afectan sensiblemente no solo la vida de las familias, sino la economía misma, porque es imposible que puedan estar funcionando todas las fábricas, todas las instalaciones de servicios.

En un año, además, en el que los azares se cruzaron en nuestro camino, con un terrible accidente, una explosión, en un hotel de La Habana; un tremendo incendio en la zona industrial en la bahía de Matanzas. Ambos eventos dejaron un doloroso saldo de vidas humanas y cuantiosos daños materiales, que solo pudo ser enfrentado, además de con el heroísmo de nuestra gente, con la solidaridad de los verdaderos hermanos. Inmediatamente, México y Venezuela, Pemex y PDVSA, acudieron con sus mejores equipos, con sus mejores especialistas y con recursos para apoyarnos en la extinción del más grande incendio tecnológico de toda la historia de Cuba. Y como si todo esto fuera poco, nos pasó un huracán. No un huracán grande, como los de categoría 5, pero un huracán categoría 3, que se desplazó a una velocidad inusualmente lenta y se detuvo durante 45 minutos sobre la ciudad de Pinar del Río, causando los mayores daños provocados por un huracán en el último cuarto de siglo en Cuba.

Hasta hace unas horas, en que se logró completar el 98% de la electrificación del territorio, Pinar del Río estuvo sin energía eléctrica, porque fueron virtualmente demolidas toda la red eléctrica y la red de comunicaciones de la provincia. Con tremendo esfuerzo brigadas de todo el país, reproduciendo hacia adentro eso que hacemos hacia afuera –me recuerdo una vez más de la frase de Fidel que les cite: “quien no es capaz de sacrificarse por los demás nunca será capaz de sacrificarse por sí mismo”-, esos linieros, técnicos, ingenieros, que tanto se han sacrificado por los hermanos del Caribe, por los centroamericanos, por los venezolanos, cuando los ha azotado un huracán, inmediatamente salieron de sus provincias a reponer toda la infraestructura eléctrica de Pinar del Río.

Con esto también les digo que estamos vivos y coleando, como dice el dicho.

Y hay otro elemento de esta temporada complicada que está viviendo nuestra Patria al que quiero referirme, porque tiene que ver con lo que ustedes debatieron en la Comisión de Comunicación, y es la feroz campaña de desinformación contra la revolución cubana, al punto que han logrado confundir a algunos. Una campaña que fue preparada durante años de manera meticulosa, y tuvo su momento mayor de articulación el 11 de julio de 2021, cuando tres lugares de este hemisferio se articularon en las redes sociales para operar esa campaña por medio de robots, de algoritmos digitales para manipular esas redes. Recuerden que son los dueños de Facebook, de Twitter y de Instagram. Por eso es tan importante estar metido ahí adentro, para dar la pelea desde territorio enemigo.

Entre un centro de operaciones en Miami, un centro de operaciones en Madrid y un centro de operaciones en Rosario, bajo la sombrilla de la Fundación Libertad, lograron articular una red que en unas pocas horas generó volúmenes inimaginables de información que no se habían generado contra país alguno. Luego se sumaron los medios tradicionales, la televisión, la radio, los periódicos impresos, los portales de Internet. Uno de esos portales, de triste recuerdo, al que ustedes popularmente le dicen “la página web de la Embajada”, llegó el 12 de julio a emitir 65 noticias contra Cuba. Imagínense el poder que tienen esos medios. Pero contra eso también libramos la pelea, y si no los vencimos, por lo menos quedamos empatados, o, en último caso, si ellos nos lograron vencer ese día, fue como la victoria pírrica de la flota anglofrancesa en Vuelta de Obligado, que terminó siendo una victoria estratégica de las fuerzas argentinas en defensa de la soberanía nacional. Eso fue lo que logramos en aquellas jornadas.

Esa campaña de difamación hoy no cesa contra Cuba, ni contra los demás gobiernos de izquierda y progresistas, ni contra las fuerzas de izquierda, progresistas y populares, contra los defensores de la paz y los derechos de los pueblos. Hace 48 horas se celebró en México una reunión de líderes y organizaciones de ultraderecha de América y Europa, donde estaban ilustres personajes de este patio y del solar aledaño, y otros del más allá, que cruzaron el océano para tratar de cobrar víctimas de este lado, como mismo hicieron en 1492. Se fueron a reunir a México, en un congreso de fascistas, para decretar la muerte de todos nosotros, la necesidad de pasarnos por arriba, de ponernos de rodilla en el mejor de los casos, y si no nos arrodillamos, ¡tierra rasa!, como hicieron en la dictadura con los que nunca se arrodillaron, con los 30 mil desaparecidos.

Casa de las Américas hizo un llamamiento a todos los pueblos de Nuestra América y de la humanidad. Hay que cerrar filas para impedir el paso del fascismo. La humanidad sufrió mucho lo que eso significó, y es terrible ver hoy a personas supuestamente identificadas con el antisemitismo, que condenaron el nazismo, apoyando y rindiéndole pleitesía a estos aprendices modernos de Hitler. Se olvidaron del holocausto de los judíos y quieren ahora un holocausto de mestizos descendientes de europeos, africanos y amerindios. Hay que estar alertas. Hay que estar alertas y defender la memoria. Hay que batallar contra estos mecanismos globales de dominación del pensamiento.

La historia nos demuestra que el costo de los retrocesos es demasiado alto. En los tiempos en que vivimos, que son de extraordinaria complejidad, uno tiene que informarse bien y meditar bien cada acción y elección que realiza. Como nos enseñó Fidel, tener sentido del momento histórico para poder cambiar todo lo que pueda ser cambiado, y hacer en cada momento lo que corresponda hacer, sin renunciar a los principios. Eso es tan importante hoy porque en ello no va la supervivencia de la especie, la supervivencia de la democracia, la supervivencia de la paz, la supervivencia del derecho al desarrollo y la supervivencia de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos. Y hay que trabajar fuerte en todo lo demás.

Nosotros, en Cuba, estamos trabajando muy fuerte en recuperar el sector energético, y estamos trabajando fuerte en recuperar el sector agroalimentario. Dos direcciones principales de trabajo. Debo decir, para satisfacción de todos ustedes, que hemos encontrado un apoyo importante en el gobierno, en las empresas argentinas. Haremos lo que pueda hacerse en dependencia de las posibilidades y recursos de Argentina. Ustedes conocen mejor que nadie cómo está la situación del país, pero apreciamos muchísimo esa disposición de apoyar a Cuba en estas circunstancias (aplausos).

Otra evidencia de lo que les digo es el viaje que está haciendo ahora el presidente Miguel Díaz-Canel por Argelia, Rusia, Turquía y China. Con ello solo quiero confirmarles con hechos reales, tangibles, demostrables, que los cubanos tenemos que hacer el mayor esfuerzo, tenemos que desplegar los mayores sacrificios, pero que lo hacemos con la seguridad de que Cuba no está ni nunca va estar sola.

Por delante nos quedan importantísimas tareas. El año 2023 viene con grandes desafíos aquí –ustedes saben, no los menciono- y también con algunos momentos que deseo compartirles, porque habrá que prepararse para ellos. Justamente dentro de dos meses se estará celebrando acá en Argentina la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la que esperamos que estarán presentes los 33 jefes de estado y gobierno de América Latina y el Caribe. Un momento trascendental de reencuentro, de abrazo sin exclusiones, de todos los pueblos hermanos de Nuestra América. Es un evento que probablemente, no sé, será acompañado por una Cumbre de los pueblos, o por una marcha de los pueblos. No sé, pero después de lo de Mar del Plata, ustedes son capaces de cualquier cosa. No nos extrañaría. Pero si eso ocurre, tengan la seguridad que Cuba estará acompañando también esa Cumbre de los pueblos (aplausos).   

El año 2023 es el año en que conmemoraremos el 50 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Argentina, firmadas acá en Buenos Aires el 26 de mayo de 1973, al día siguiente del día de la independencia, cuando se restableció la democracia con la llegada al poder del presidente Cámpora (aplausos), y de la mano de Salvador Allende llegó a la Argentina el entonces presidente de Cuba, el compañero Osvaldo Dorticós, y allí, en medio de una algarabía de personas y de periodistas ocurrió la firma del acta de restablecimiento de relaciones entre ambos países (aplausos).

Y hay finalmente un hecho que no podemos pasar por alto. Es un hecho desagradable, pero es un hecho muy importante. No es para celebrar ni para conmemorar, sino para hacer memoria. El año que viene se cumplen 200 años de la formulación de la Doctrina Monroe. ¿Lo vamos a dejar en el olvido? (exclamaciones de ¡No!) ¿Vamos a dejar de recordar la huella de sangre, de miseria, de pobreza, de destrucción que ha dejado la doctrina Monroe en las tierras de Nuestra América? (exclamaciones de ¡No!). Para ello tenemos que prepararnos también; para que no nos reescriban la historia; para que a mis nietos y los nietos y bisnietos de ustedes nadie venga a decirles que hubo un tal Monroe que hace trescientos años era muy bueno; porque hacia allá vamos. Hay que recordarlo todos los días, como todos los jueves lo recordaban las madres, dándole la vuelta a la pirámide de la Plaza de Mayo, para que no se perdiera la memoria de sus hijos. Hay que recordarlo porque la lucha por la verdad, la memoria, la justicia, los derechos, no termina en un día, no termina en una vida.

No tenemos más alternativa que la lucha. No tenemos más alternativa que la rebeldía. Ahí está el ejemplo de Tania, la guerrillera, que ayer cumplió 85 años de vida (aplausos). Ahí está el ejemplo de Hebe, a la que hoy despedimos, y contra la que no pudieron ni el terror, ni las amenazas, ni las mentiras, ni las ofensas (aplausos). Ahí está el ejemplo de los defensores de la soberanía argentina en Vuelta de Obligado. No tenemos derecho a cansarnos (aplausos). Hay que luchar y preservar la rebeldía sin perder la ternura, como enseñaba el Che (aplausos).

En nombre de nuestro pueblo les agradezco profundamente y de todo corazón la celebración de este combativo encuentro de hoy. Una vez más se ha confirmado aquello que expresó el presidente Díaz-Canel en la reunión que sostuvo con ustedes la noche del 10 de diciembre de 2019 en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires: “no hay fuerza en el mundo que pueda separar a argentinos y cubanos” (aplausos).

¡Hasta la victoria, siempre!, compañeros

¡Patria o Muerte, Venceremos!

(Ovación, cantos de “¡Cuba, Cuba, Cuba, el pueblo te saluda!” y “¡Cuba sí, bloqueo no!”).

 

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