No tenemos más alternativa que la lucha. No tenemos más alternativa que la rebeldía. Ahí está el ejemplo de Tania, la guerrillera, que ayer cumplió 85 años de vida. Ahí está el ejemplo de Hebe, a la que hoy despedimos, y contra la que no pudieron ni el terror, ni las amenazas, ni las mentiras, ni las ofensas. Ahí está el ejemplo de los defensores de la soberanía argentina en Vuelta de Obligado. No tenemos derecho a cansarnos. Hay que luchar y preservar la rebeldía sin perder la ternura, como enseñaba el Che (Palabras en la clausura del XVII Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba en Argentina, el 20 de noviembre de 2022).
PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA PEDRO P. PRADA EN LA CLAUSURA DEL XVII ENCUENTRO NACIONAL ARGENTINO DE SOLIDARIDAD CON CUBA. ANFITEATRO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE TRABAJADORES DEL ESTADO, BUENOS AIRES, 20 DE DICIEMBRE DE 2022.
Queridas compañeras y
compañeros de todo el país, de todos los partidos, organizaciones,
instituciones, gobiernos provinciales, intendencias, representados en el
gigantesco Movimiento Argentino de solidaridad con Cuba, ¡muchas gracias por
estar aquí!
Muchas gracias a sus 43
Casas de Amistad, que no es poco, y que siguen creciendo. He sido informado
que, antes que termine el año inauguraremos una más y otra más se abrirá a
inicios del 2023.
Un abrazo grande a los
representantes de la Asociación de Argentinos Graduados en Cuba (aplausos) –me
atrevo a decir, de la Asociación de Profesionales Cubanos nacidos en Argentina.
También agradezco la
presencia de la representación de nuestros compatriotas, de los cubanos
residentes en Argentina (aplausos), cubanos que sí ostentan a la Patria.
Y a los representantes de
la Red de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad, capitulo
Argentina, que hoy están aquí.
Quiero destacar –porque
los he contado- la presencia de 31 jóvenes argentinos en este encuentro (aplausos
y expresiones de “¡Muy bien!”).
¡La cuarta parte de los
participantes hoy aquí son jóvenes! No es suficiente, pero es una diferencia
importante con respecto al encuentro anterior. Hay que lograr que siga
creciendo la presencia joven en las filas del Movimiento Argentino de
Solidaridad con Cuba. Así que, ahí se lo dejamos como tarea a los dirigentes
juveniles que están aquí, a los profesores universitarios y a todos los que
puedan llevar a un joven a una actividad.
Miren, propónganse llevar
cada uno un joven a una actividad. Imagínense lo que pasaría si los más de 120
participantes que estamos hoy aquí, cada uno logra traer un joven al próximo
encuentro. ¿Cuántos serían? 240. ¿Y si después esos 240 de nuevo se proponen
traer un joven? ¿Cuántos serían? 480. ¿Y si de nuevo lo intentamos? ¡960! Qué
les parece. Eso es progresión numérica (murmullos).
Bien. ¡Qué bueno que nos
podamos reencontrar después de tanto tiempo!
Lo primero que me vienen
a la mente son aquellas palabras hermosas de José Martí: “se ponen de pie los
pueblos y se saludan”. Hoy nos estamos saludando y abrazando aquí los pueblos
de Argentina y de Cuba.
Me recuerda también algo
muy importante. Durante todos estos años la revolución cubana, los
revolucionarios cubanos, el pueblo de Cuba, han hecho esfuerzos extraordinarios
para desarrollar el país; para mantener las transformaciones, para defender la
revolución. Más de una vez todo eso ha estado en riesgo. En una ocasión Fidel
afirmó que en defensa de la revolución cubana los patriotas cubanos habríamos
podido perecer todos como los valientes comuneros de Paris. Pero eso no ocurrió
porque con Cuba han estado siempre los pueblos del mundo; porque Cuba nunca ha
estado sola.
Y eso también se debe a
que los cubanos aprendimos de nuestra historia que la Patria a la que
pertenecemos, a la que nos debemos y a la que tenemos que defender, es la
humanidad. Esa idea de Martí preside con letras de oro el pensamiento
internacionalista y solidario de la revolución cubana.
Este encuentro, además,
se da en circunstancias muy especiales, que de nuevo me recuerdan palabras de
Fidel, porque se ha organizado en circunstancias muy difíciles. Hemos atravesado
años tremendos que nos demuestran que, quien no es capaz de luchar por los
demás, nunca va a ser capaz de luchar por si mismo. En todos estos años
difíciles, Cuba no ha dejado de ser solidaria con otros pueblos del mundo; no
ha cesado de defender las causas de justicia, de paz mundial, de la soberanía,
la independencia, de la libre determinación de los pueblos. Hoy se mencionaba
aquí el caso de Puerto Rico. Esa es para nosotros una tierra sagrada, la isla
hermana, que está convertida hoy en una colonia; pero no hemos retrocedido ni
un ápice en defender el derecho argentino de ejercer plena soberanía sobre las
islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del sur, y los espacios marítimos
circundantes (aplausos). ¡Y nunca dejaremos de hacerlo! ¡Las Malvinas son argentinas!
(aplausos prolongados y gritos de ¡Viva Cuba!).
Y está también la causa
de la revolución bolivariana. Si entre todos no hubiéramos defendido a la
revolución bolivariana; Si el pueblo venezolano, bolivariano y chavista no
hubiera defendido esa revolución, ¿qué estaría pasando hoy? ¿En manos de quién
estaría el petróleo venezolano? ¿En manos de quién estarían los cuantiosos recursos
minerales de ese país, el hierro, el cromo, las tierras raras? ¿En manos de
quién estaría la inmensa biodiversidad de Venezuela, las aguas de Venezuela,
quién tendría el control del Orinoco? Venezuela está ahí porque los venezolanos
lucharon, pero también, porque no les faltó solidaridad ni apoyo de los pueblos
de la Patria Grande (aplausos).
Pudiera decir lo mismo de
Bolivia, de Brasil, de Colombia, de Nicaragua, de otras tierras hermanas de
Nuestra América (aplausos).
Yo les hablaba de las circunstancias
en que se está dando esta reunión. Ocurre que después de haber atravesado los
dos años terribles de la pandemia de covid 19, en un escenario para Cuba de
bloqueo recrudecido, en que se aprovecharon de manera oportunista las circunstancias
de la pandemia para agravar o profundizar sus efectos, para causar más daño;
durante la cual el gobierno de Trump aplicó 243 medidas enfiladas a golpear a
las familias cubanas, estudiadas para dañar con precisión quirúrgica los
lugares más sensibles de la vida de los cubanos.
No somos ajenos tampoco a
las complejas circunstancias argentinas, que atravesó un período terrible de
neoliberalismo, cayó en la pandemia y no ha podido disponer de tiempo ni
condiciones para enderezar las cosas; mucho menos con el horrible legado de
crisis que dejó el Fondo Monetario Internacional en este país.
Y si como todo esto fuera
poco para nuestros países, se inicia una guerra en Europa, que ha acabado con
el orden mundial, que ha disparado los precios de los alimentos y del
combustible para todos, ha afectado los flujos internacionales de turismo, del
que muchos vivimos, y ha agravado aún más las condiciones de vida de las
naciones en desarrollo, Cuba incluida.
Yo pudiera preguntar aquí:
¿qué vamos a hacer? ¿Nos vamos a rendir? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a renunciar
a nuestras ideas y nuestros sueños? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a
desviarnos de la ruta? (exclamaciones de ¡No!). ¿Vamos a ponernos a llorar y a
retroceder por cada obstáculo que encontramos en el camino? (exclamaciones de
¡No!). Lo que corresponde es luchar. Lo que corresponde es continuar. Y eso es
lo que nos están indicando los documentos a que se ha dado lectura hoy aquí:
El de la Comisión 1,
sobre el bloqueo, que ha descrito la posición del Movimiento Argentino de
Solidaridad con Cuba contra ese genocidio que acumula ya más de 1 billón de dólares
en daños a Cuba a precios del oro, o a precios constantes, más de 150 mil millones.
Solo en los primeros 14 meses de la administración de Biden se acumularon 6346
millones; o lo que es lo mismo: 15 millones de dólares diarios de daños a la
economía cubana. ¡Quince millones diarios!
Las comisiones 2 y 3, que
abordaron los temas del internacionalismo cubano, de las brigadas solidarias
cubanas, hizo una propuesta que agradecemos profundamente y que les deseamos que
puedan presentarla, a sabiendas de cómo se manejan cosas en el Comité Nobel. Lo
importante no va a ser el resultado final, sino el camino que se recorra
difundiendo la verdad, difundiendo la obra humanista, solidaria, de los médicos
cubanos. Habrá que decir también que esos médicos estuvieron presentes durante
la pandemia en 46 países del mundo, brigadas especialmente convocadas para la
emergencia, completando un record general de presencia en el mundo de más de 80
países. Y junto con ellos, la hazaña científica de las tres vacunas. ayer
recibimos la gratísima noticia de que la Autoridad Nacional regulatoria de México
las aprobó para su uso de emergencia, no solo en el territorio nacional de
México, sino en todos los países de Nuestra América que homologan las
decisiones de la Autoridad Nacional regulatoria de México (aplausos).
También abordaron la Operación Milagro y el programa de
alfabetización Yo sí puedo. Siempre que
se hablan de esas cosas, me recuerdo mucho de una frase del Che Guevara que desde
niño aprendí a leerla y que cubre el pórtico de entrada del principal hospital de
Cuba, la madre de los hospitales cubanos, el hospital universitario Calixto
García, que dice: “Vale muchísimo más la vida de un solo ser humano que todas las
propiedades del hombre más rico de la tierra” (aplausos).
Esos programas ideados
por Fidel, con el apoyo de Chávez, constituyen de las más bellas obras de
liberación del ser humano. Un analfabeto difícilmente pueda entender el mundo
que le rodea y probablemente votará con el estómago, pero una persona que lea y
escriba, que pueda entender la complejidad del mundo, tendrá más posibilidades
de hacer la elección correcta. De ahí la importancia de ambos programas.
Y finalmente, lo que
abordó la Comisión 4, de Comunicación. Miren, esa es una responsabilidad que
tenemos todos en el mundo de hoy. No sé si algunos recordarán algo que decía
Fidel cuando empezó en Cuba la batalla de ideas. Fidel avizoraba este momento y
decía que la principal tarea que teníamos era sembrar ideas, sembrar valores, y
llegó a decir también que lo primero a salvar en el momento más crítico de aquel
período especial, lo primero a salvar, era la cultura. No se estaba refiriendo
a una rumbita, o a un concierto de guitarra. Se estaba refiriendo al edificio
que nos sostiene moralmente, a la historia que nos alimenta, a las tradiciones
de las que nos nutrimos. La lengua quechua, la lengua de los pueblos wichi, la
lengua de los mapuches, todo eso, si no lo salvamos, si no lo protegemos, donde
se cuentan las historias verdaderas y no las que nos enseñaron de Colón, Diego Velázquez
y Pánfilo de Narváez, que vinieron a descubrirnos, a conquistarnos y a hacernos
“buenos”; esa otra historia, quién nos la va a contar.
Por eso es tan importante
la comunicación, sobre todo en este tiempo en que las noticias falsas se han
puesto de moda, junto con la manipulación, el odio. No podemos replicar esos
mismos mensajes. Yo observaba hoy con profundo disgusto en las redes sociales
de algunos personajes, figuras y medios de derecha los mensajes vertidos contra
la memoria de la querida Hebe de Bonafini. Vergüenza les debería dar. Es
verdaderamente repugnante. Si nosotros no defendemos el legado de Hebe, la
memoria de Hebe, quién lo va a hacer. Si no explicamos por qué Hebe se puso al
frente de un grupo de madres, desafió a los militares, quién lo va a hacer;
quién va a contar de sus dos hijos desaparecidos, de su hija y su yerno torturados;
quién lo va a hacer, si no nosotros. Hablo de Argentina, pero pudiera hablar
también por Cuba. Por eso felicito el espíritu autocrítico conque el tema se
analizaba.
A ver, hago una pregunta:
¿quiénes tienen cuentas de Facebook aquí (algunos levantan la mano)?... ¿Y se
siguen entre ustedes? (algunos pocos levantan la mano) ¡Ahh! ¿Y quiénes tienen
cuentas de Twitter?... (algunos levantan la mano) ¿Y se siguen entre ustedes?
Algunos. ¿Y quiénes tienen cuentas de Instagram? (algunos levantan la mano) ¿Y
se siguen entre ustedes? ¿Y a nosotros quién nos sigue? Empiecen todos cuando
lleguen a la casa esta noche a hacer la tarea (risas y aplausos).
Hemos escuchado una
declaración combativa, hermosa, precisa en los términos, concentrada en tres demandas
esenciales: la eliminación de Cuba en la injusta lista de estados patrocinadores
del terrorismo, el levantamiento del bloqueo y la devolución del territorio
usurpado en la base de Guantánamo. Esa declaración, debo decirles compañeros,
nos llena de entusiasmo, nos da fuerza, nos alienta, en medio de los tremendos
sacrificios que está haciendo nuestro pueblo.
Los cubanos,
probablemente algunos lo conocen, o muchos ya lo conozcan, estamos atravesando en
este momento una situación extremadamente compleja. El país, a consecuencia de
ese bloqueo recrudecido y de esas medidas dirigidas a golpear donde más nos duele,
está atravesando una profunda crisis energética producto de la
descapitalización y la imposibilidad de haber reparado o actualizado las
centrales termoeléctricas del país, y de haberse retrasado el programa de
despliegue de instalaciones basadas en fuentes de energía renovable. Como
consecuencia, nuestra gente está sometida a apagones de 6 u 8 horas que afectan
sensiblemente no solo la vida de las familias, sino la economía misma, porque
es imposible que puedan estar funcionando todas las fábricas, todas las
instalaciones de servicios.
En un año, además, en el
que los azares se cruzaron en nuestro camino, con un terrible accidente, una
explosión, en un hotel de La Habana; un tremendo incendio en la zona industrial
en la bahía de Matanzas. Ambos eventos dejaron un doloroso saldo de vidas
humanas y cuantiosos daños materiales, que solo pudo ser enfrentado, además de
con el heroísmo de nuestra gente, con la solidaridad de los verdaderos
hermanos. Inmediatamente, México y Venezuela, Pemex y PDVSA, acudieron con sus
mejores equipos, con sus mejores especialistas y con recursos para apoyarnos en
la extinción del más grande incendio tecnológico de toda la historia de Cuba. Y
como si todo esto fuera poco, nos pasó un huracán. No un huracán grande, como
los de categoría 5, pero un huracán categoría 3, que se desplazó a una velocidad
inusualmente lenta y se detuvo durante 45 minutos sobre la ciudad de Pinar del
Río, causando los mayores daños provocados por un huracán en el último cuarto
de siglo en Cuba.
Hasta hace unas horas, en
que se logró completar el 98% de la electrificación del territorio, Pinar del
Río estuvo sin energía eléctrica, porque fueron virtualmente demolidas toda la
red eléctrica y la red de comunicaciones de la provincia. Con tremendo esfuerzo
brigadas de todo el país, reproduciendo hacia adentro eso que hacemos hacia
afuera –me recuerdo una vez más de la frase de Fidel que les cite: “quien no es
capaz de sacrificarse por los demás nunca será capaz de sacrificarse por sí
mismo”-, esos linieros, técnicos, ingenieros, que tanto se han sacrificado por
los hermanos del Caribe, por los centroamericanos, por los venezolanos, cuando
los ha azotado un huracán, inmediatamente salieron de sus provincias a reponer
toda la infraestructura eléctrica de Pinar del Río.
Con esto también les digo
que estamos vivos y coleando, como dice el dicho.
Y hay otro elemento de
esta temporada complicada que está viviendo nuestra Patria al que quiero referirme,
porque tiene que ver con lo que ustedes debatieron en la Comisión de Comunicación,
y es la feroz campaña de desinformación contra la revolución cubana, al punto
que han logrado confundir a algunos. Una campaña que fue preparada durante años
de manera meticulosa, y tuvo su momento mayor de articulación el 11 de julio de
2021, cuando tres lugares de este hemisferio se articularon en las redes
sociales para operar esa campaña por medio de robots, de algoritmos digitales para
manipular esas redes. Recuerden que son los dueños de Facebook, de Twitter y de
Instagram. Por eso es tan importante estar metido ahí adentro, para dar la
pelea desde territorio enemigo.
Entre un centro de
operaciones en Miami, un centro de operaciones en Madrid y un centro de
operaciones en Rosario, bajo la sombrilla de la Fundación Libertad, lograron articular
una red que en unas pocas horas generó volúmenes inimaginables de información que
no se habían generado contra país alguno. Luego se sumaron los medios
tradicionales, la televisión, la radio, los periódicos impresos, los portales
de Internet. Uno de esos portales, de triste recuerdo, al que ustedes
popularmente le dicen “la página web de la Embajada”, llegó el 12 de julio a
emitir 65 noticias contra Cuba. Imagínense el poder que tienen esos medios.
Pero contra eso también libramos la pelea, y si no los vencimos, por lo menos
quedamos empatados, o, en último caso, si ellos nos lograron vencer ese día,
fue como la victoria pírrica de la flota anglofrancesa en Vuelta de Obligado, que
terminó siendo una victoria estratégica de las fuerzas argentinas en defensa de
la soberanía nacional. Eso fue lo que logramos en aquellas jornadas.
Esa campaña de difamación
hoy no cesa contra Cuba, ni contra los demás gobiernos de izquierda y
progresistas, ni contra las fuerzas de izquierda, progresistas y populares,
contra los defensores de la paz y los derechos de los pueblos. Hace 48 horas se
celebró en México una reunión de líderes y organizaciones de ultraderecha de
América y Europa, donde estaban ilustres personajes de este patio y del solar
aledaño, y otros del más allá, que cruzaron el océano para tratar de cobrar
víctimas de este lado, como mismo hicieron en 1492. Se fueron a reunir a
México, en un congreso de fascistas, para decretar la muerte de todos nosotros,
la necesidad de pasarnos por arriba, de ponernos de rodilla en el mejor de los
casos, y si no nos arrodillamos, ¡tierra rasa!, como hicieron en la dictadura
con los que nunca se arrodillaron, con los 30 mil desaparecidos.
Casa de las Américas hizo
un llamamiento a todos los pueblos de Nuestra América y de la humanidad. Hay
que cerrar filas para impedir el paso del fascismo. La humanidad sufrió mucho
lo que eso significó, y es terrible ver hoy a personas supuestamente
identificadas con el antisemitismo, que condenaron el nazismo, apoyando y
rindiéndole pleitesía a estos aprendices modernos de Hitler. Se olvidaron del
holocausto de los judíos y quieren ahora un holocausto de mestizos descendientes
de europeos, africanos y amerindios. Hay que estar alertas. Hay que estar
alertas y defender la memoria. Hay que batallar contra estos mecanismos
globales de dominación del pensamiento.
La historia nos demuestra
que el costo de los retrocesos es demasiado alto. En los tiempos en que
vivimos, que son de extraordinaria complejidad, uno tiene que informarse bien y
meditar bien cada acción y elección que realiza. Como nos enseñó Fidel, tener
sentido del momento histórico para poder cambiar todo lo que pueda ser cambiado,
y hacer en cada momento lo que corresponda hacer, sin renunciar a los
principios. Eso es tan importante hoy porque en ello no va la supervivencia de
la especie, la supervivencia de la democracia, la supervivencia de la paz, la supervivencia
del derecho al desarrollo y la supervivencia de los derechos humanos y de los
derechos de los pueblos. Y hay que trabajar fuerte en todo lo demás.
Nosotros, en Cuba,
estamos trabajando muy fuerte en recuperar el sector energético, y estamos
trabajando fuerte en recuperar el sector agroalimentario. Dos direcciones
principales de trabajo. Debo decir, para satisfacción de todos ustedes, que
hemos encontrado un apoyo importante en el gobierno, en las empresas
argentinas. Haremos lo que pueda hacerse en dependencia de las posibilidades y
recursos de Argentina. Ustedes conocen mejor que nadie cómo está la situación
del país, pero apreciamos muchísimo esa disposición de apoyar a Cuba en estas
circunstancias (aplausos).
Otra evidencia de lo que
les digo es el viaje que está haciendo ahora el presidente Miguel Díaz-Canel
por Argelia, Rusia, Turquía y China. Con ello solo quiero confirmarles con
hechos reales, tangibles, demostrables, que los cubanos tenemos que hacer el
mayor esfuerzo, tenemos que desplegar los mayores sacrificios, pero que lo
hacemos con la seguridad de que Cuba no está ni nunca va estar sola.
Por delante nos quedan importantísimas
tareas. El año 2023 viene con grandes desafíos aquí –ustedes saben, no los
menciono- y también con algunos momentos que deseo compartirles, porque habrá
que prepararse para ellos. Justamente dentro de dos meses se estará celebrando acá
en Argentina la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños,
en la que esperamos que estarán presentes los 33 jefes de estado y gobierno de
América Latina y el Caribe. Un momento trascendental de reencuentro, de abrazo
sin exclusiones, de todos los pueblos hermanos de Nuestra América. Es un evento
que probablemente, no sé, será acompañado por una Cumbre de los pueblos, o por
una marcha de los pueblos. No sé, pero después de lo de Mar del Plata, ustedes
son capaces de cualquier cosa. No nos extrañaría. Pero si eso ocurre, tengan la
seguridad que Cuba estará acompañando también esa Cumbre de los pueblos
(aplausos).
El año 2023 es el año en
que conmemoraremos el 50 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas
entre Cuba y Argentina, firmadas acá en Buenos Aires el 26 de mayo de 1973, al
día siguiente del día de la independencia, cuando se restableció la democracia
con la llegada al poder del presidente Cámpora (aplausos), y de la mano de
Salvador Allende llegó a la Argentina el entonces presidente de Cuba, el compañero
Osvaldo Dorticós, y allí, en medio de una algarabía de personas y de
periodistas ocurrió la firma del acta de restablecimiento de relaciones entre
ambos países (aplausos).
Y hay finalmente un hecho
que no podemos pasar por alto. Es un hecho desagradable, pero es un hecho muy
importante. No es para celebrar ni para conmemorar, sino para hacer memoria. El
año que viene se cumplen 200 años de la formulación de la Doctrina Monroe. ¿Lo
vamos a dejar en el olvido? (exclamaciones de ¡No!) ¿Vamos a dejar de recordar
la huella de sangre, de miseria, de pobreza, de destrucción que ha dejado la
doctrina Monroe en las tierras de Nuestra América? (exclamaciones de ¡No!).
Para ello tenemos que prepararnos también; para que no nos reescriban la
historia; para que a mis nietos y los nietos y bisnietos de ustedes nadie venga
a decirles que hubo un tal Monroe que hace trescientos años era muy bueno;
porque hacia allá vamos. Hay que recordarlo todos los días, como todos los
jueves lo recordaban las madres, dándole la vuelta a la pirámide de la Plaza de
Mayo, para que no se perdiera la memoria de sus hijos. Hay que recordarlo porque
la lucha por la verdad, la memoria, la justicia, los derechos, no termina en un
día, no termina en una vida.
No tenemos más
alternativa que la lucha. No tenemos más alternativa que la rebeldía. Ahí está
el ejemplo de Tania, la guerrillera, que ayer cumplió 85 años de vida
(aplausos). Ahí está el ejemplo de Hebe, a la que hoy despedimos, y contra la
que no pudieron ni el terror, ni las amenazas, ni las mentiras, ni las ofensas
(aplausos). Ahí está el ejemplo de los defensores de la soberanía argentina en
Vuelta de Obligado. No tenemos derecho a cansarnos (aplausos). Hay que luchar y
preservar la rebeldía sin perder la ternura, como enseñaba el Che (aplausos).
En nombre de nuestro
pueblo les agradezco profundamente y de todo corazón la celebración de este combativo
encuentro de hoy. Una vez más se ha confirmado aquello que expresó el presidente
Díaz-Canel en la reunión que sostuvo con ustedes la noche del 10 de diciembre
de 2019 en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad
de Buenos Aires: “no hay fuerza en el mundo que pueda separar a argentinos y
cubanos” (aplausos).
¡Hasta la victoria,
siempre!, compañeros
¡Patria o Muerte,
Venceremos!
(Ovación, cantos de “¡Cuba,
Cuba, Cuba, el pueblo te saluda!” y “¡Cuba sí, bloqueo no!”).
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