martes, febrero 23, 2021

LA RESPUESTA CUBANA QUE ENFURECE A LA DICTADURA MEDIATICA

¡Dice la transmedia sindicalizada, que habla con odio miamero, es ignorante supina acerca de asuntos cubanos y es ideológicamente fundamentalista, conservadora y talibana (aunque pose de democrática) que el gobierno cubano está nervioso por una cancioncita!

Pensar que una cantinela mal dicha ponga a temblar a un país y a un pueblo al que no doblegaron 60 años de prolongado y cruel bloqueo económico, comercial y financiero, ni armas nucleares apuntándole, ni la traición y abandono de amigos y aliados, es, cuando menos, ridículo. Reaccionar así, porque lejos de devenir oda, los versitos han merecido rotundo escarnio y desprecio popular -y no solo oficial-, retrata la sordidez del acto y la destemplanza e impotencia de sus gestores.

Lo peor de todo es que esa misma canalla mediática que presume de democrática y libertaria, censuró a Fidel Castro cuando pronunció la misma frase de la que hoy se apropian los musicantes de Miami para atacar la cultura y los símbolos de la Nación cubana. ¿Por qué? Porque en voz de Fidel, la frase significa que no puede haber Patria y Vida si no estamos dispuestos a defender la Patria hasta la Muerte, para Vivir felices en y por ella.

Pero en voz de los cantantes autoexiliados, porque Miami los arrodilló y se formó la lloradera, la frase exaltada por la transmedia sindicalizada, especialmente aquella patrocinada por agencias y empresas de Estados Unidos para hegemonizar el pensamiento hispánico y masificarlo a través de Internet, la frasesita pretende antagonizar la ideología histórica de la revolución cubana y suplantar los lemas nacionalistas que han guiado por más de 150 años al cubano en sus luchas:

¡Independencia o Muerte!, gritaron Carlos Manuel de Céspedes y sus esclavos liberados cuando en 1868 se alzaron en armas contra el poder en la última colonia de España en América.

¡Independencia o Muerte!, fue la opción que suscribieron con su pluma y con sus vidas los patriotas que proclamaron en 1869 el nacimiento de la República de Cuba en Armas, su primera Constitución, su gobierno, su parlamento y su Ejército Libertador.

¡Patria y Libertad o Muerte! fue el grito con el que José Martí y Antonio Maceo convocaron en 1895 a los cubanos a reiniciar la lucha contra el colonialismo.

¡Libertad o Muerte! fue también la consigna de los jóvenes que liderados por Fidel Castro se rebelaron contra la dictadura proestadounidense de Batista, asaltaron el cuartel Moncada, desembarcaron en el yate Granma y combatieron durante más de tres años desde la Sierra Maestra, hasta vencer el 1 de enero de 1959.

¡Patria o Muerte! fue la opción teleológica definitiva cuando, conquistada la independencia y la libertad, y dueños al fin de la Patria, los cubanos comenzamos a ser atacados con saña y el horror se insertó en nuestras vidas como alternativa, si no nos doblegábamos de nuevo al Imperio. Solo que añadimos el complemento indispensable, el optimista ¡Venceremos! del que lucha hasta las últimas consecuencias,seguro de la legitimidad de su causa y de la certeza del triunfo. 

Pero, qué van a saber de todo esto los despechados vociferantes del cantico de marras, si ellos renunciaron a honrar al himno que hizo libres a sus antecesores esclavos y que enseña que "en cadenas vivir, es vivir en afrenta y oprobio sumidos" y que “morir por la Patria es vivir” y ahora pretenden, peregrinamente, que su adefesio sustituya al canto sagrado.

Obviamente, mucho menos lo saben aquellos que fomentan el circo de odio, acoso y censura contra los intelectuales, los pensadores, los científicos y los artistas verdaderamente cubanos. ¿O sí lo saben y por eso concentran con tanta saña su ataque, mienten de forma obscena y ocultan la furia popular por la afrenta causada, amparados en su dictadura mediática? Sospecho que haber demostrado con creces que en esa opción entre la Patria y la Muerte, hemos vivido y vencido, ha resultado demasiado abrasivo para su narrativa de la sumisión, del fracaso y de la derrota.

Lo dijo Fidel Castro primero. Lo hemos reiterado no por imitación sino por convicción muchas veces otros tantos cubanos: la cultura ha devenido a lo largo de nuestra historia en espada y escudo de la Nación, y ha sido en todo momento lo primero a salvar, especialmente en la guerra de pensamiento para la que nos preparó José Martí. No la entregaremos, porque en ella se resumen esas cuatro letras sagradas: ¡CUBA!

¿De los nervios? Hace rato estamos operados.


Postdata (Postscriptum): mañana es 24 de febrero. Hace 123 años los cubanos nos lanzamos a la guerra por la independencia y la libertad, sin Patria, pero dispuestos a conquistarla y morir por ella, seguros de vivir y vencer en la porfía, como enseñaba el Himno de Bayamo.

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