Soy una educadora jubilada de 80 años, pero sigo muy ligada
a la educación, con la cual siempre tendré un fuerte compromiso. De familia muy
humilde, pero de firmes convicciones patrióticas y revolucionarias, me hice
maestra y, desde entonces, no he dejado de estar ligada a esta hermosa profesión
y lo estaré mientras tenga aliento.