miércoles, junio 15, 2022

94 ANIVERSARIO DEL CHE: EL TIEMPO ES REVOLUCIONARIO

Celebrar la vida y el legado del Che es una obligación, no solo de los revolucionarios cubanos, de los revolucionarios latinoamericanos y caribeños. Es una obligación de todos aquellos que creemos que un mundo mejor es posible, que vemos a la humanidad como nuestra Patria, y que hemos comprendido que la razón de existir de los seres humanos tiene que ser la solidaridad y el amor entre ellos.



PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA PEDRO P. PRADA EN EL ACTO CON MOTIVO DEL 94 ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA, CELEBRADO EN EL CENTRO CULTURAL ATLAS, DE ROSARIO, ARGENTINA, EL 13 DE JUNIO DE 2022

Buenas noches queridas compañeras y compañeros

Les pido disculpas, por la hora, pero era muy importante que pudiéramos escuchar todas las ideas y sentimientos que se han expresado hoy aquí.

Pido también disculpas a los hermanos latinoamericanos y caribeños que están conectados con nosotros a través de las diferentes redes sociales, en una transmisión que se está haciendo simultáneamente en coordinación con las organizaciones que integran la red continental de solidaridad.

Celebrar la vida y el legado del Che es una obligación, no solo de los revolucionarios cubanos, de los revolucionarios latinoamericanos y caribeños. Es una obligación de todos aquellos que creemos que un mundo mejor es posible, que vemos a la humanidad como nuestra Patria, y que hemos comprendido que la razón de existir de los seres humanos tiene que ser la solidaridad y el amor entre ellos.

Algunos compañeros se referían a los vaivenes de la lucha y que, quizás, por algunos retrocesos, se piensa que el mundo no cambió. Yo creo que sí, que el mundo cambió, cambió profundamente y cambió para bien. Y la mayor evidencia de que el mundo cambió es que nosotros estamos aquí, con ustedes; porque los revolucionarios cubanos –como dijo Fidel- habríamos podido perecer como los valientes comuneros de París, defendiendo la Revolución. Pero estamos aquí, no solo por la resistencia heroica de nuestro pueblo, sino por la solidaridad de todos ustedes; porque ustedes persistieron, porque ustedes creyeron, porque ustedes nos alentaron, porque ustedes también nos defendieron. Y porque, además, construyeron sus propios caminos: los venezolanos, los nicaragüenses, los bolivianos y los argentinos. Y esa es la mayor evidencia de que el mundo si cambio, y cambio a favor del progreso, a favor de las ideas que defendió y por las cuales combatió y luchó el Che.

En un momento como este, en un ambiente de unidad, de integración que nos convoca, es importante recordar aquella frase surgida del intento de increparlo en esa reunión de la ONU, cuando el Che le respondió a esos personajes que era cubano y también argentino y que, si no se ofendían las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, se sentía tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar su vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie (aplausos).

Por eso es muy importante reunirnos hoy aquí.

Cuando organizábamos este acto, hace poco más de un mes –¿verdad, Champa? Cuando más o menos nos quedó claro, pues siempre habíamos pensado conmemorar el aniversario, celebrar el cumpleaños, organizar el homenaje, participar no solo en un acto como este, en una ceremonia que es tradición hacer aquí los 14 de junio. Cuando nos quedó claro el escenario que se iba configurando de cara a la IX Cumbre de las Américas, dijimos: ¿Qué pasa si hacemos un acto de solidaridad continental, si en vez de estar solamente la Embajada de Cuba, estamos un grupo de embajadas latinoamericanas, sobre todo, de los que podemos ser los excluidos de la Cumbre de las Américas?

Y hoy estamos aquí con ustedes los excluidos, y todos los que nos que nos dieron su solidaridad, incluyendo a los hermanos del Estado Plurinacional de Bolivia, incluyendo también a los argentinos; porque Argentina no fue a esa Cumbre en condición nacional. Argentina fue a esa Cumbre como Presidente de la CELAC; una responsabilidad a la que no podía renunciar, y dio un discurso allí que recogió el sentimiento de todos nosotros, y puso, en su voz, lo que todos nosotros hubiéramos querido decir (aplausos).

Esa Cumbre pasará a la historia como uno de los grandes fracasos de la política exterior de Estados Unidos. El hemisferio tiene 35 países. Nos excluyeron a tres. Se quedaron con 32. Los excluidos recibimos la solidaridad de cuatro, que, al retirarse sus presidentes, el número se fue reduciendo a 28. Al final solo pudieron tener la presencia de 21 jefes de Estado, la más baja. Les faltó un tercio de la región. Y una parte de los asistentes fueron solo a nivel de cancilleres y de ministros de menor rango en los gabinetes, sobre todo de los estados insulares del Caribe.

Algo muy importante recogido en los pronunciamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador y en la intervención del Presidente de Argentina, fueron los principios por los cuales se debe regir la relación hemisférica. Es importante tenerlos en cuenta para las batallas políticas por venir.

El primero de todos, al que se refirieron 21 jefes de estado o jefes de delegaciones participantes: un diálogo interamericano no puede ser con exclusiones. No admitimos más exclusiones.

Lo segundo: se acabó la era del unipolarismo. No le damos a nadie el derecho a que decida por los demás. El multipolarismo y el multilateralismo deben prevalecer en las relaciones entre los Estados.

Para que eso ocurra –y este es otro principio enunciado- tiene que prevalecer el derecho internacional, tiene que prevalecer la Carta de la ONU, tiene que prevalecer entre nosotros la vigencia de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada por la CELAC.

Y tiene que prevalecer algo a lo que han llamado en estos dos años las Naciones Unidas frente a la brutal pandemia que nos ha afectado a todos: la cooperación y la solidaridad entre los estados y entre los pueblos.

López Obrador y Alberto Fernández se refirieron también a un principio que tiene que prevalecer, que es parte del derecho internacional, y cuya violación estremeció de manera profunda a la región recientemente; y es el principio de no injerencia en los asuntos internos de los estados. La no injerencia incluye que no puede haber nunca más un golpe de Estado como el que se impuso a Bolivia, hasta que tienen que cesar los bloqueos (aplausos) y las operaciones para derribar gobiernos que no son del gusto de Estados Unidos.

Este nivel de debate que se vio en la Cumbre de las Américas puso sobre el tapete una verdad evidente: la OEA está agotada. No caben ni la reforma, ni la refundación, aunque barran con su actual dirección. Para la OEA lo único que cabe es entierro. Y de eso podemos hablar los cubanos, que hemos conocido y sufrido en carne propia, durante muchos años, las acciones de la OEA.

Ahora, pudiéramos hablar de otras bellezas de esa Cumbre:

Primero, la Cumbre tenía un gran tema, ¡la salud! Pero, ante la endeblez de la propuesta estadounidense, empezaron a añadir otros temas y al final no se sabía de qué era la Cumbre. Por tanto, hubo muchas declaraciones y muchos proyectos, acuerdos y propuestas, zanahorias de esas que son expertos en repartir los Estados Unidos en este tipo de reuniones.

Ofrecieron un plan migratorio para México y Centroamérica. ¡Qué maravilla! Un plan. Vamos a apoyar las migraciones. No sé cómo se puede acordar un plan migratorio con varios de los estados que más migrantes tributan ausentes de la reunión, con sus jefes de Estado ausentes de la reunión. Porque en la reunión no estaba el Presidente de México, no estaba el Presidente de Nicaragua, no estaba la Presidenta de Honduras, no estaba el Presidente de Guatemala y no estaba el Presidente de El Salvador. ¿Con quién se negoció ese plan migratorio? ¿Quién lo firmó?

Pero la zanahoria venía acompañada de más zanahorias: vamos a financiar con 50 millones de dólares el desarrollo en Centroamérica para atacar las causas de la migración: la pobreza.

Bueno, ¡miren cómo se ha devaluado la política exterior de Estados Unidos! En Argentina, en mayo de 1959, Fidel retó a los Estados Unidos para que aprobaran el financiamiento de un programa que redujera las condiciones que en América Latina conducían a dictaduras, la violencia, la pobreza, a todos esos males del subdesarrollo que impulsan las migraciones. Y les propuso negociar una cifra de 30 mil millones de dólares. En el año 1061, cuando nos expulsaban a nosotros de la OEA y se anunciaba la Alianza para el Progreso, Kennedy le hizo el primer machetazo a la propuesta y redujo el número a 20 mil millones. ¡En qué miserables, en qué pobres, en que inmorales se han convertido los gobernantes de ese país, que hoy le ofrecen a Centroamérica, la región más pobre de este continente, 50 millones de dólares para combatir las causas de la migración! ¿Ustedes saben qué significan 50 millones de dólares en Centroamérica? Centroamérica tiene 50 millones de habitantes. Significan un dólar por cada habitante de Centroamérica. Hay que tener poca vergüenza para proponerle a los centroamericanos eso, que es menos que una migaja.

Lo segundo que propusieron con gran bombo fue un gran programa de salud, ¡para el 2030! Tenemos que esperar siete años. un gran programa de salud para el cual van a formar un ejército de 500 mil profesionales de la salud. ¡Ojalá! ¿Cómo lo harán? No sabemos; si será comprando o robando médicos, si irán a saquearnos los médicos cubanos en las brigadas nuestras, ofreciéndoles dinero. Todo puede ocurrir. Vivimos en un momento muy complicado del mundo.

Entonces, ¿van a organizar brigadas médicas? ¿Encontrarán a los médicos dispuestos a llegar a esos oscuros lugares del planeta a los que Bush quería mandar bombas y Fidel proclamó aquí, en la escalinata de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, que mandaríamos médicos y no bombas, como Bush?

Miren, en el año 2005, dos años después de aquel discurso de Fidel, sin tanto anuncio de “vamos a hacer”, Estados Unidos acababa de ser azotado por un terrible huracán que había devastado el sur de la Lousiana, y Cuba puso a disposición de Estados Unidos, en 24 horas, un contingente de más de diez mil profesionales de la salud. ¡En 24 horas! No dijimos vamos a hacer, no dijimos vamos a financiar. En 24 horas había diez mil médicos con sus mochilas, sus equipos, su ropa, listos para montarse en un avión tan pronto el gobierno de Estados Unidos los autorizara. Por supuesto, no los autorizó.

Ese es el origen del contingente Henry Reeve, de médicos especializados en situaciones de desastres, que hoy ha estado en 56 países del mundo (aplausos) y en 5 territorios no autónomos de América Latina y el Caribe, de Asia, África, el Medio Oriente y hasta en Europa, porque hasta allá se fueron en la pandemia, a una de las regiones más ricas de Italia, a la Lombardía. Allá se fueron a salvar vidas, porque el sistema de salud de la Lombardía había colapsado, y nadie le brindó ayuda a la rica Italia.

Cuando uno ve estas cosas piensa en aquella visión adelantada de Fidel cuando a raíz del huracán Mitch, que barrió con Centroamérica en 1998, se comprometió en el podio de las Naciones Unidas a formar médicos para Centroamérica, el Caribe y toda América Latina, que después se convirtieron en médicos para el mundo. Dijo él, formar 10 mil médicos en 10 años. en quince años la ELAM ha formado tres veces lo que prometió Fidel. Andan por toda la región, y cada vez que algún médico cubano o alguno de ellos va a llegar a algún país, a algún lugar de América Latina, enseguida se arma la alharaca, y la prensa oligárquica y los medios transnacionales empiezan a decir que ahí vienen los espías, que ahí vienen los agentes del G-2, que ahí vienen las fuerzas especiales de Castro. Ustedes lo vivieron aquí, al principio de la pandemia. Hubo realmente esa posibilidad, pero se logró manejar la situación, afortunadamente, y no fue necesario desplegarlos. Pero yo me divertía mucho en aquellos días con los periodistas que me llamaban y preguntaban cuándo vienen los médicos cubanos. Yo les decía, los médicos cubanos ya están aquí. Y ellos, pero ¿cómo?, ¿cuándo vinieron? Y yo: Ah, están aquí ya hace rato, trabajando. Búsquenlos. Y ellos de nuevo: pero ¡dónde?, ¿qué día llegaron?, ¿cuántos son? Entonces les dije: 1068 médicos cubanos nacidos en la Argentina (aplausos). Como glosaba un grafiti que vimos proliferar en esos días, Argentina nos mandó un médico y le devolvimos miles (aplausos).

Lo otro que prometía ese plan de Biden: “vacunas para todos”. No hay muy buenos antecedentes. Cuando con el gobierno de Lula creamos hace unos años un programa para producir y distribuir de conjunto desde Brasil la vacuna pentavalente cubana, que es una de las pocas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, y para distribuirla para África, se armó un gran escándalo. Desplazamos a las transnacionales farmacéuticas en la venta de vacunas para África, como si a las transnacionales farmacéuticas les preocupara que un niño en un quimbo en el sur de Angola reciba la vacuna pentavalente de Pfizer o de cualquiera otra.

(Del público le dice un hombre que en Argentina se aplicaba y que sus hijos están vacunados con ella, pero que ya no se pone y pregunta por qué)

No sé si saben que una de las primeras cosas que hizo el gobierno de Macri fue interrumpir las compras de las vacunas cubanas, que estaban reconocidas ya en el sistema de salud argentino, y establecer contratos duros con las transnacionales que impidieran el reingreso a futuro de las vacunas cubanas. Esa es la historia pasada. Pero en medio de la pandemia surgen las vacunas contra la covid-19 y Cuba, gracias a esa visión de Fidel y a esa visión que también tenía el Che, de la importancia de fomentar el conocimiento, el pensamiento, pudo desarrollar cinco candidatos vacunales que se convirtieron en tres vacunas, y con esas vacunas empezamos a vacunar a nuestra gente. Las acreditamos, pasaron por todas las pruebas. el organismo de control de medicamentos de Cuba es, junto con el de Argentina, las dos únicas autoridades de control de medicamentos y equipos médicos de América Latina y el Caribe que están reconocidas por la OMS (aplausos).

Pero no es suficiente, porque hoy muchas organizaciones internacionales están sometidas a las presiones, a los condicionamientos del gobierno de Estados Unidos, para poder recibir financiamiento. Ustedes saben que, en el sistema internacional, Estados Unidos es el principal financista de muchas de las organizaciones, de la ONU, de la OMS, de la UNESCO, de muchas otras. Y han hecho todo lo posible para impedir que otros países puedan acceder a las vacunas cubanas; hacen todo lo posible por deslegitimarlas, pagan prensa, pagan campañas contra las vacunas cubanas, y silencian lo que la comunidad científica internacional, incluyendo la de Estados Unidos, ha dicho sobre las vacunas cubanas. Son impresionantes las evaluaciones positivas de las vacunas cubanas, que no solo se ensayaron en Cuba. Se ensayaron en Venezuela, en Irán, en Nicaragua, se ensayaron en Italia, y la experiencia de Italia es impresionante. Y todo eso, miren, calladitos. No hicimos mucha bulla. La bulla la han hecho ellos y nos han dado más publicidad de la que pensábamos (aplausos). Por tanto, los desafiamos a ver si son capaces de producir y proveer las vacunas que necesitan los pueblos de América Latina y el Caribe a precios asequibles, y a compartirlas de modo solidario en los casos de países sin recursos, como es el caso de Haití, el país más pobre de la región.

Otra de las promesas en la Cumbre de las Américas fue la de apoyar la creación de sistemas de salud públicos universales, robustos y gratuitos. No sé cómo podrán lidiar con esto, ni cómo le habrá caído este anuncio a los gremios médicos, a las clínicas privadas, pero el hecho real es que no hay manera de que eso comulgue con las ideas del FMI, con los proyectos neoliberales. Es una contradicción en un momento en que cada vez más le quitan el dinero a los programas sociales de los gobiernos en la región para forzar a los países a que los dediquen a la seguridad, mientras que ellos en casa hacen lo mismo para dedicárselo a las armas. el presupuesto militar de Estados Unidos este año es el más grande de la historia: 800 mil millones de dólares. Para la guerra en Europa han destinado 41 mil millones. Díganme si de verdad van a financiar programas de salud pública universal y gratuita para América Latina y el Caribe.

Por último, porque no podían faltar en esta repartición de bondades, el Secretario General de la OEA nos anuncia la creación de un Alto Comisionado para la Defensa de la Democracia. ¡Oigan eso! Que se lo digan a los bolivianos. Un defensor de la democracia. ¡Y un Observatorio de Prensa! ¿Qué me dicen? Parece una burla, pero no, lo anunciaron como una gran creación. Para todos queda claro que estos son nuevos mecanismos intervencionistas subordinados al Secretario General Luis Almagro, que es el instrumento de los otros.

Por tanto, cuando ustedes se enfrentan a los documentos de esa fracasada Cumbre, como la calificó el New York Times, “fracasada”, qué se puede esperar de esa declaración que firmaron 20 de los países participantes, de 32 que participaron. ¿Qué tipo de relación democrática, de respeto, nos pueden ofrecer? por eso, evocando al rosarino inmortal, repitamos: “al imperialismo, ni tantito así, ¡nada!” (aplausos). Imagínense que borraron de la Declaración el tema de Malvinas. ¿Qué me dicen?

Frente a esa desfachatez se levantó la Cumbre de los Pueblos, una verdadera fiesta de orgullo de los pueblos del hemisferio. De todos. Allí estaban no solo los pueblos latinoamericanos, caribeños, los de origen africano, los originarios, las mujeres, los campesinos, los trabajadores, las diversidades, las minorías. Allí estaban también los negros y los indígenas norteamericanos segregados, los trabajadores explotados del cinturón metalúrgico y automotriz de los grandes lagos, los jornaleros chicanos, puertorriqueños, que son los que trabajan en las plantaciones de maíz, de trigo, de vegetales, en las tomateras del sur de Estados Unidos que le venden el tomate al país de donde proviene. Ustedes conocen esa historia, ¿no? Tomate es la españolización de un vocablo náhuatl, que es la lengua de los aztecas, de los mexicanos, “tomátl”. Con el NAFTA, en los años 90, destruyeron la agricultura mexicana, y los mexicanos, que antes exportaban tomate, ahora compran tomates, sopas Cambell, kétchup Heinz en el sur de Estados Unidos. Ese es el libre comercio que trataron de imponer aquí en el año 2005, en la memorable Cumbre de Mar del Plata, con el ALCA.

Frente a aquella Cumbre de la exclusión, ésta, la de los pueblos, fue la Cumbre de la inclusión. Más de 2 mil participantes, 250 organizaciones de todo el continente y una agenda política extraordinaria que cubrió todos los objetivos que se podrían plantear por parte de los pueblos del continente, desde las consecuencias de las intervenciones de Estados Unidos en la región, la solidaridad entre trabajadores, la solidaridad con Cuba y contra el bloqueo, la defensa de la salud como un derecho humano, la lucha por la democracia y la necesidad de la unidad en la lucha por ella y por los derechos, la violencia y el patriarcado. La lista es larga, pero nos llena de orgullo, porque ahí estaba la conciencia nacional de América Latina y el Caribe. No estábamos presentes, pero estuvimos muy bien representados.

La otra cara de Los Ángeles eran los llamados foros de la sociedad civil. A Cuba no solo le prohibieron llevar una delegación gubernamental, sino que se atrevieron a definir cuál debía ser nuestra sociedad civil. Le negaron la visa al centenar de cubanos inscritos en los distintos espacios de los foros paralelos a la Cumbre, y le negaron las visas a los 23 cubanos que debían participar en la Cumbre de los pueblos. Y resulta que el tiro les salió por la culata. No querían caldo y se tuvieron que tomar una cisterna de Cuba, una cisterna de Venezuela, una cisterna de Nicaragua (aplausos). Quisieron callarnos y no lo lograron, porque nunca antes se habló tanto de Cuba, de Nicaragua y de Venezuela.

A alguien se le ocurrió la peregrina idea de sentar –¿cómo dijo la Vocera del Departamento de Estado? ¿Guango Guandó? ¿Fue así?- sentar a Guaidó, al ilustre personaje ese, entre jefes de Estado y Gobierno electos democráticamente. Pero parece que primó la cordura, porque empezaron a llegarles mensajes que, si a ese individuo lo sentaban a la mesa, las delegaciones completas se levantaban y se iban de la Cumbre, y ahí sí no se sabe quién pagaría los platos rotos. Lo mejor que hicieron fue mantenerlo lo más lejos posible de aquel escenario, con lo cual sabemos ya que los desmanes del imperio tienen límites, y que los límites los ponemos nosotros, los pueblos, nuestros gobiernos que nos representan (aplausos).

En esos foros quisieron imponer una declaración y generaron una provocación grosera que causó la renuncia de la digna representante de Panamá, usando a mercenarios cubanos con los que pretendían usurpar la representación de Cuba en el foro de la sociedad civil. Imaginen ustedes: gente pagada que vive del dinero del Departamento de Estado, de la USAID, de la Fundación Nacional para la Democracia. Peor, porque aprobaron una declaración entre un grupo de personas que no representa a las Américas, una declaración apócrifa, que no fue discutida ni aprobada por el resto de las delegaciones, y ahora no pueden incluirla en los documentos oficiales de la Cumbre.

Esto me permite demostrarles algo de lo que los cubanos hablamos y a veces no se entiende. El gobierno de Estados Unidos actuó consecuentemente con su credo ideológico, con sus posturas políticas y con la ley nacional de ese país. ¿Y por qué digo con la ley nacional de ese país? Porque en el año 1996 el presidente Clinton firmó una Ley del Congreso de Estados Unidos, denominada Ley de la Libertad Cubana y Solidaridad Democrática, que se conoce con el nombre de sus creadores: la Ley Helms-Burton. Y esa ley, en su capítulo I, en uno de sus enunciados, establece quiénes deben formar el gobierno, la sociedad civil, las organizaciones sociales, las organizaciones civiles, las fuerzas armadas, las fuerzas del orden público, para que el gobierno de Estados Unidos reconozca, un día, a un gobierno cubano con el cual, ese día supuesto, entable negociaciones para que ese gobierno le pague a Estados Unidos resarcimientos por las nacionalizaciones cubanas de los años sesenta y además le devuelva a las empresas americanas las propiedades en Cuba, y solo después entraría a negociar el proceso de levantamiento del bloqueo. Es decir, hay absoluta coherencia en los actos y en las ideas.

Por eso nosotros respondemos como respondemos, y persistimos en nuestras luchas, en nuestra resistencia. Como decía el Che, nuestro grito de guerra tiene que llegar a oídos receptivos que nos acompañen a empuñar las armas. Y hoy las armas, como enseñó Fidel, son las armas de las ideas, las armas de los valores, las armas de la cultura. Por eso, volviendo al más universal de los argentinos, que nos convoca hoy aquí, y recordando unas declaraciones que le daba al inicio de este acto a unos jóvenes que me entrevistaron, tenemos que apropiarnos, hacer carne en nosotros, en nuestra mente y en nuestros actos, aquella visión que tempranamente describió en El socialismo y el hombre en Cuba. Está escrito para explicar el lugar de la revolución cubana en el mundo del socialismo de aquella época, pero es válido absolutamente en los principios generales y en las ideas, para entender que para hacer las grandes transformaciones, el pensamiento tiene que estar acompañado por acciones coherentes, por conductas coherentes, y para hacerlo tenemos que formarnos todos los días como hombres y mujeres nuevos, sabiendo que esa condición no es algo que se logra, porque cuando creamos que se logró, es algo no hecho, que hay que constantemente renovarse, formarse y educarse en ello. No hay fórmula, es la fórmula del Che. No hay modelo, es el modelo del Che. Es, como decía un gran marxista latinoamericano –el peruano José Carlos Mariátegui-, un acto de creación viva. Eso es el socialismo, eso es la transformación revolucionaria, la lucha por el progreso, por la libertad y los derechos de los pueblos en nuestro continente. Y hay que ir avanzando y rectificando. Sabiendo que el camino está lleno de obstáculos.

Parados frente a esa gran pared en el Parque de la memoria, en Buenos Aires, ante la que uno se conmueve con los nombres de los 30 mil desaparecidos, alguien puede pensar que fue una derrota la pérdida de tantas vidas. Y las madres y abuelas que todavía buscan a sus hijos y a sus nietos nos enseñan otra cosa. Allí hay 30 mil semillas. Ese muro es un semillero. Un semillero de valores. Un semillero de ideas. Un semillero de cultura de resistencia, porque cada vez que esas madres y abuelas le dan una vuelta a las plazas para recordar lo que ocurrió aquí, para defender la verdad sobre la que se ha querido tirar tanto lodo y mentira, y para demandar justicia, es porque se sigue luchando, no hubo derrota, no hubo marcha atrás, no hubo cansancio, y aquel aparente retroceso significó un impulso mayor en las luchas de los pueblos de América Latina y el Caribe, y en el caso de Argentina, en las luchas del pueblo argentino (aplausos).

Estas conductas y estas actitudes e ideas del Che me llevan a recordar el concepto de revolución de Fidel. Emparentan perfectamente, porque Fidel nos habla del sentido del momento histórico, de cambiar todo lo que deba ser cambiado, de libertad plena y, a la vez de defender ideas y valores al precio de cualquier sacrificio, y a defender la unidad por encima de todo. Esa unidad que yo he visto manifestarse en este país, que vi manifestarse en la jornada memorable del 10 de diciembre del año 2019, una unidad impresionante que mucho le deseo al pueblo argentino. No todo se alcanza en el primer momento. La revolución cubana hizo mucho, pero sabe también que mucho ha dejado sin hacer o no ha podido hacer, y no ha sido por falta de voluntad de los revolucionarios.

De lo que sí tengo convicción profunda es que, con ideas claras, con valores claros, defendiendo la cultura –no solo la artística y literaria; hablo de la cultura como el edificio que nos sostiene a todos, empezando por la historia, los valores y los héroes de la nación-; defendiendo todo eso podemos emprender los nuevos caminos de la lucha. El tiempo es revolucionario. Los de arriba ya no pueden seguir gobernando como hacían a los de abajo, y los de abajo ya no están dispuestos a seguir soportando a los de arriba. La historia cambió. Estamos del lado correcto de la historia, del lado donde sopla el viento y amanece el sol (aplausos).

Por todo eso celebremos este 94 cumpleaños del renacido con toda la alegría, con toda la emoción, con todo el orgullo y el compromiso con que podemos hacerlo; porque él es eterno, porque él vive en cada una de nuestras luchas, en cada uno de nuestros sueños; porque nos enseñó a vivir, a luchar, a trabajar, y, sobre todo, nos enseñó siempre a dar el ejemplo, a que cada palabra nuestra sea coherente con nuestros actos.

Les agradezco mucho la posibilidad de habernos podido reunir hoy en esta familia latinoamericana y caribeña, aquí, en la cuna del Che Guevara (aplausos), en la ciudad de Rosario (aplausos), en la ciudad bandera de la Argentina (aplausos), y doy un ¡Viva! a la Patria Grande (gritos de ¡Viva!), ¡Viva! a sus libertadores (gritos de ¡Viva!), ¡Viva! a los pueblos (gritos de ¡Viva!), y termino mis palabras con las mismas con las que el Che se despidió de Fidel:

¡Hasta la victoria, siempre!

¡Patria o Muerte, venceremos! (gritos de ¡venceremos!)

(Aplausos prolongados)

VÍDEO ÍNTEGRO DEL ACTO DE SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA CON MOTIVO DEL 94 ANIVERSARIO DEL GUERRILLERO HEROICO ERNESTO CHE GUEVARA





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