Cuba lleva casi 72 horas desafiando lo imposible. Agobiado por la falta de recursos para su sostenimiento -se calculan 250 millones perdidos en el último año- y por las limitaciones con el combustible, el Sistema Electro Energético Nacional (SEN) colapsó. No es que sea obsoleto o que el gobierno no haga ingentes esfuerzos para actualizarlo. Estados Unidos se ha encargado de bloquearlo y reducirlo a este estado: amenazó a la empresa francesa proveedora de las maquinarias de la principal Central Eléctrica del país y corazón del SEN, la Antonio Guiteras, para que no vendiera a Cuba mas piezas de repuesto. Incluyó a Cuba en una lista espuria de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo para que nadie en este mundo pueda hacer transacciones financieras con la isla. Persiguió a gobiernos extranjeros y a empresas petroleras, a aseguradoras y navieras, incluso a tripulaciones de buques tanques, para que no llegue a la isla ni una gota de combustible. ¿Para qué tanta saña? Lo dijo Lester Mallory, Subsecretario de Estado, hace 64 años: "...Provocar hambre, sufrimiento, desesperación, y que el pueblo derroque al gobierno" que no acomoda a Estados Unidos. Lo dijo Allen Dulles, el Jefe de la CIA, hace 70 años: "...lograr que las victimas asuman la lógica de sus verdugos". Cuba sufre el apagón y se desespera, pero no se rinde, ni derroca al gobierno, porque sabe quién es el culpable, y su lógica es la de los guerreros que saben luchar unidos con una sola alternativa: ¡la victoria!
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