¿Una nueva era en las relaciones de Estados Unidos con
América Latina y el Caribe? La orden ejecutiva del Presidente de los Estados
Unidos, de declarar a Venezuela amenaza para la seguridad nacional de su país
y, por ese motivo, declarar una emergencia nacional ha sido un electroshock
para este continente y el mundo. O Barack Obama es un pésimo estratega o sus
consejeros lo embarcaron, o los republicanos y los ultras propios lo están
hundiendo a él y a su partido antes de llegar a las elecciones de 2016.
Nadie
se cree que Venezuela, uno de los principales y más pacíficos proveedores de
crudo de Estados Unidos, sea una “amenaza” a su seguridad nacional. Ni siquiera
lo han sido las monarquías petroleras que provocaron primaveras y terrorismos
por todo el Medio Oriente y proveen la mayoría del crudo que consumen en
Norteamérica. Pero todo el mundo sí sabe que cuando un país cae en esa listica,
se empieza sancionando individuos y se termina disparando misiles, bloqueando
la economía y mandando drones, soldados y empresas para que cuenten y ordenen el
entierro de los muertos locales y se repartan el botín. El brutal y
desproporcionado ataque contra Venezuela es contra todos. No importa lo que
pase; a esta hora de los mameyes, ¡Venezuela somos todos!
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