“Durante mi
gobierno EE.UU. se relacionará con América Latina a través de la cooperación y
el respeto, pero para ello, es necesario pasar las páginas de la historia a fin
de poder avanzar hacia un futuro de prosperidad” - dijo el recién electo presidente Obama en
la Cumbre de Trinidad y Tobago, el 19 de abril de 2009. El 17 de diciembre de
2015 añadió que quería ver en Panamá a la sociedad civil cubana creíble, para
que fueran los pueblos y nos solo los gobiernos los que decidieran los destinos
de las Américas. Sus palabras desatan muchas preguntas:
¿Qué hacen los mercenarios cubanos paseándose
por Washington, Madrid, Buenos Aires, Santiago de Chile, México, Miami y otras ciudades para entrenarse de
cara a la batalla de Panamá? ¿Quién paga sus hoteles, cenas, aviones? ¿De dónde
son los diplomáticos que se están reuniendo con los gobiernos del hemisferio
para pedirles que reciban a estos fraudes de origen cubano que viven prendidos
de sus mamas flojas? ¿Dijo o no dijo la señora Roberta Jacobson, secretaria de
Estado adjunta para Latinoamérica, que Estados Unidos no
dejará “abandonados” a los "opositores" cubanos que luchan por la
"democracia"? ¿Habrá hoy todavía alguien que ignore que el
"pueblo cubano" y la llamada "sociedad civil" que “ve” el
gobierno estadounidense son los grupúsculos contrarrevolucionarios que durante
años sucesivas administraciones de la Casa Blanca han subvencionado con cientos
de millones de dólares del contribuyente para derrocar a la revolución cubana? ¿Sigo
preguntando?
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