sábado, julio 23, 2022

SI ALGO APRENDIMOS DE LOS HEROICOS COMBATIENTES DEL 26 DE JULIO, FUE QUE AL CIELO HAY QUE TOMARLO POR ASALTO

Con el corazón y los sentimientos puestos en la Patria,
los cubanos en Argentina celebramos con nuestros amigos
el Día de la Rebeldía Nacional
Esta noche habrá quizás algunos apagones en Cuba, habrá comercios con góndolas vacías, habrá un viaje frustrado y hasta un medicamento en falta. Habrá malestares resultantes de estas dificultades que se acumulan, duelen y que enfrentamos sin temor. Sin embargo, esta misma noche la luz del sueño revolucionario seguirá iluminando nuestro camino, animada por los cantos, versos y danzas que el arte puso en nosotros. Nadie irá a dormir sin haber desayunado, almorzado y comido con decoro, ni enfermará de covid porque le faltó una vacuna, o morirá porque un médico no hizo todo por salvarlo. En la mañana, con el canto de los gallos, estarán los campesinos en sus surcos. Y el lunes volverán los obreros a las fábricas. Los niños correrán de alegría a sus aulas y parques, y una enfermera cubana en un cerro centroamericano o en un lejano quimbo africano salvará a otros como a los suyos... 

Palabras de Pedro Pablo Prada, Embajador de Cuba en Argentina, en el acto político cultural con motivo del 69 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Embajada de Cuba en Buenos Aires, 22 de julio de 2022

Queridos amigos de Cuba

Compatriotas

Nos acompañan esta noche representantes del gobierno argentino, del parlamento, de partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales, artistas, intelectuales, profesionales graduados en Cuba y cubanos residentes.

A todos damos la bienvenida en la Embajada de Cuba en Buenos Aires, en este encuentro que conmemora el reinicio definitivo de las luchas de los cubanos por su completa libertad e independencia.

Desde el 26 de julio de 1953, en que un grupo de jóvenes asaltó el principal bastión militar de la dictadura militar que gobernaba en Cuba, siempre nuestro pueblo ha asumido la responsabilidad de rendir montañas y amasar estrellas, como dijo uno de sus poetas.

Hoy es común hallar todo tipo de denuestos contra la revolución cubana entre las derechas transnacionales y proimperialistas, en sus medios y redes, y también, en las izquierdas ultras y complacientes, acopladas al carro de las democracias liberales, que presumen de teoría revolucionaria, pero pactan con el sistema.

Tampoco faltan oráculos que pronostican la hora final de la revolución y sus líderes tantas veces. Cada nuevo intento es un anuncio de nuestras próximas sobrevidas.

Sobreabundan los que con ferocidad se regocijan de los sufrimientos que impone a todo un pueblo el despiadado bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, recrudecido hasta la sevicia en tiempos de pandemia, crisis global y guerra.

Tanta insistencia en matarnos, en buscar en nuestras conductas y problemas el reflejo de lo que nos desean y no ocurre, los conduce a mentir sin el menor escrúpulo, a manipular los hechos para confundir a otros y, a que el fracaso los conduzca a atizar el odio y el terror, sus armas preferidas. ¡A pedir incluso el bombardeo y la agresión extranjera! No tememos a la crítica, pero repudiamos la maldad, la hipocresía e inmoralidad de estos críticos, agoreros y sepultureros.

Honramos a los muertos de nuestra felicidad, del mismo modo que nos enorgullecemos de que no haya en el escaparate de nuestra historia otros de los que tengamos que avergonzarnos.

El acto permitió que los trabajadores que se han
incorporado  a  la  Misión  en  los  últimos meses  firmaran
ante su colectivo y ante los amigos de Cuba su
compromiso con el Código de Ética de los cuadros
y trabajadores del Estado cubano.

Compañeras y compañeros:

Superado el tiempo de los voluntarismos, la revolución cubana tuvo que salvarse a sí misma.  En esa ruta no perdimos de vista la que es virtud central y mandato primero de nuestra Constitución: el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.

Intentamos desafiar los imposibles, quizás con soberbia perdonable. Resistimos de modo creativo y construimos en esa, nuestra Isla, un país con todos y para el bien de todos, donde las mejores virtudes prevalezcan sobre lo material y vulgar.

Al rectificar los errores, los revolucionarios cubanos sacamos a la luz un rasgo esencial del camino elegido: nuestro carácter democrático, autocrítico, inclusivo, nada perfecto, pero siempre aspirando a la perfección, con profunda vocación de que al salvar la patria salvábamos a todos y a cada uno de nosotros y contribuíamos a la salvación de la humanidad.

No son esos sueños mesiánicos, sino afanes de justicia, aprendidos de una historia ejemplar, en la que los padres de la nación –desde Céspedes hasta Fidel- salieron a luchar por la libertad quemando todos sus bienes en la hoguera de la revolución, y entraron a la gloria como el resto de los desposeídos, sin más bienes que su moral, su dignidad y su ejemplo.

Ellos son también responsables del triunfo entre nosotros de la sencillez y la solidaridad humana como dones principales de nuestros hombres y mujeres. Del triunfo de la espiritualidad sobreabundante y de la pobreza irradiante sobre los bienes materiales.

Nita Silvestrini resume en su larga vida cerca de 70 años
de solidaridad con Cuba, cuando muy joven salió a
protestar por los crímenes de la dictadura de Batista
en Santiago de Cuba, en 1953.

Hemos peleado como gigantes, y lo seguiremos haciendo, con inteligencia, prudencia y audacia, de modo asimétrico, anteponiendo nuestro plan al plan del adversario, como nos enseñó Martí.

No renunciamos a la defensa de la Revolución con cualquier medio. Tampoco nos disculpamos por defendernos, ni por poner coto y aplicar la ley contra quienes quiebran el orden constitucional, destruyen bienes públicos y privados, siembran el caos y atentan contra la paz ciudadana.

No son esos delitos políticos, sino comunes, y sus autores deben asumir las consecuencias, así como Fidel Castro y sus compañeros no pidieron perdón por asaltar aquella dictadura cruel, que había empeñado el destino del país, y que a cada amanecer dejaba a sus muertos y torturados de la noche anterior, a la vera de los caminos y jardines.

El programa del 26 de julio de 1953 la revolución lo cumplió con creces. El programa político, económico y social emanado de la propia práctica y lucha revolucionaria de los últimos 69 años es un desafío incompleto, en el que avanzamos unas veces, nos detenemos otras y a veces parece que vamos a retroceder frente a las embestidas del poderoso adversario, pero resistimos. Hacemos lo posible intentando lo imposible. El saldo nos favorece.

Fue  un  honor  condecorar  a  Norberto "Champa" Galeotti
con la Medalla de la Amistad otorgada por el
Presidente de la República de Cuba
Queridos amigos:

Esta noche habrá quizás algunos apagones en Cuba, habrá comercios con góndolas vacías, habrá un viaje frustrado y hasta un medicamento en falta. Habrá malestares resultantes de estas dificultades que se acumulan, duelen y que enfrentamos sin temor. Sin embargo, esta misma noche la luz del sueño revolucionario seguirá iluminando nuestro camino, animada por los cantos, versos y danzas que el arte puso en nosotros.

Nadie irá a dormir sin haber desayunado, almorzado y comido con decoro, ni enfermará de covid porque le faltó una vacuna, o morirá porque un médico no hizo todo por salvarlo. 

En la mañana, con el canto de los gallos, estarán los campesinos en sus surcos. Y el lunes volverán los obreros a las fábricas. Los niños correrán de alegría a sus aulas y parques, y una enfermera cubana en un cerro centroamericano o en un lejano quimbo africano salvará a otros como a los suyos.

Nada impedirá que la vida siga y triunfe, y que cada jornada nos esforcemos en ser mejores. No conocemos el miedo ni el pesimismo y podrá parecer presuntuoso. Tampoco damos lecciones a nadie. Pero, si algo aprendimos de los heroicos asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Cespedes, fue que al cielo hay que tomarlo por asalto.

El ICAP otorgó a MASCuba la Placa por su 60 aniversario.
Cuba solidaria les agradece toda la solidaridad, el apoyo y la amistad en estos tiempos y en los que vengan, aún si fueran más complejos. Sabemos que juntos venceremos.

Las medallas entregadas hoy a Champa y a MASCuba son apenas resúmenes de esa gratitud infinita hacia los argentinos y de la confianza en que siempre nos acompañarán.

Los invitamos a compartir esta irrenunciable alegría y la austeridad de esta fiesta. El 26 sigue siendo el día más alegre de la historia.

¡Hasta la Victoria, siempre!

¡Viva la Revolución!

¡Viva Cuba Libre!


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