viernes, enero 08, 2021

SOÑAREMOS CON LO IMPOSIBLE Y ENFRENTAREMOS LAS ASECHANZAS QUE IMPIDEN EL TRIUNFO DE TODA LA JUSTICIA EN NUESTRA PATRIA

La Embajada de Cuba en Buenos Aires celebró en modo virtual el Día Nacional con cientos de amigos se conectaron a las diferentes redes en representación de autoridades gubernamentales, políticas, legislativas, actores económicos y empresariales, figuras de la cultura, de las universidades, de la ciencia, de la prensa, miembros de la sociedad civil, integrantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, graduados en Cuba, cubanos residentes en la Argentina y el Cuerpo Diplomático acreditado en la Argentina. En una trasmisión simultánea por Facebook Live, Youtube, Instagram y Twitter compartimos ideas y cultura libertarias. Me dirigí a todos con un mensaje de reafirmación y gratitud, transido del orgullo que sentimos por la obra de nuestra revolución y de nuestro pueblo, por nuestras familias y nuestra Patria, a la que tenemos como ara, y no como pedestal...

PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA EN LA CELEBRACIÓN VIRTUAL DEL 62 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA Y DÍA DE LA LIBERACIÓN -DÍA NACIONAL DE CUBA. BUENOS AIRES, VIERNES 8 DE ENERO DE 2021.

Queridos amigos de Cuba, compatriotas:

Agradezco a todos su participación en esta celebración virtual del Día Nacional de Cuba, 62 aniversario del triunfo de la revolución cubana y día de la liberación, fecha que en el calendario nacional coincide, que por esas ironías del destino, con el 123 aniversario del inicio de la primera ocupación militar de Cuba por Estados Unidos.

El año transcurrido no solo fue tremendo para todos por el impacto de la pandemia de covid-19 y sus graves efectos económicos.

Para Cuba ha sido un año de inmensos sacrificios. A las dificultades propias de nuestra economía en desarrollo y al impacto en ella de la covid, se sumó el recrudecimiento a niveles sádicos del prolongado bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.

Más de 150 medidas destinadas a golpear a la economía, a la sociedad y a la familia cubana en sus puntos neurálgicos caracterizaron la etapa. Se ensañaron en impedir que accediéramos a medicamentos, tecnologías y recursos para enfrentar la covid.

Además, el gobierno de Estados Unidos liberó más de 50 millones de dólares para financiar actividades subversivas dentro de Cuba y provocar un cambio de régimen al estilo del nacido de aquella ocupación militar de hace más de un siglo, a la que hice alusión.

El grueso del ataque se dirigió contra la cultura cubana, que históricamente ha sido espada y escudo de la Nación en todas sus épocas, y que constituye el cimiento del edificio moral de Cuba.

No solo eso, pretendieron una vez más falsear la realidad de nuestro país y para lograrlo, compraron mercenarios entre nuestra gente.

Y como si todo esto fuera poco, ampararon un ataque terrorista contra nuestra Embajada en Washington, protegen a los auspiciantes y autores de actos de terror cometidos en la Isla durante los últimos doce meses y pretenden encubrirlo todo reubicándonos en una lista espuria de países patrocinadores del terrorismo.

Con ello borraron toda sospecha acerca de sus objetivos, que no son solamente derrocar a la revolución y borrar su ejemplo, sino destruir la Nación cubana, someterla y convertirla, en el mejor de los casos, en un estado más de la Unión americana.

Como recién expresara nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel, “Ellos insistieron en matarnos; pero nosotros insistimos en vivir y vencer. Cuba Viva saltó por encima de sus propias posibilidades.

Es el destino de este pueblo: crecerse con los desafíos. Está en los genes de la nación cubana, forjada en la resistencia y la rebeldía de los esclavos que se negaron a serlo y en la voluntad de los emigrantes cargados de sueños; está en la herencia de los líderes independentistas que quemaron sus riquezas en el fuego de la Revolución; en las madres de sus hijos nacidos en medio del combate, y en la fuerte identidad del criollo que maduró en los largos años en que la patria solo fue libre en la manigua. Está en las sucesivas generaciones que dejaron sangre y simiente en desiguales combates en calles y en serranías hasta la victoria.

No hay modo de explicar la existencia de la Revolución, su triunfo y su sobrevivencia frente a despiadados acosos y dolorosos abandonos, sin esas esencias que todos los días nos ponen frente a una historia que ya acumula tantas heroínas y héroes por habitante que se hace difícil contarlos.

Pero el ejemplo contagia. En estos meses de pandemia, hemos sido testigos de hazañas cotidianas en personas de todas las edades y oficios, mujeres y hombres, jóvenes y ancianos. Hasta los niños lo han sido, al transformarse en ejemplares educadores de sus padres en cuanto al uso del nasobuco, el lavado de las manos o el distanciamiento físico, los tres pilares de la responsabilidad individual en esta batalla de todos”.

Hace más de cien años, José Martí nos enseñó que “A un plan obedece nuestro enemigo: de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.

De manera que el país, que trazó una estrategia y un programa nacional de enfrentamiento a la covid, que impulsó el desarrollo y producción de 23 medicamentos únicos para cubrir el 85% de las necesidades de esos pacientes, que investigó y desarrolló cuatro candidatos vacunales propios y que ofreció ayuda médica solidaria a más de 40 países de los cinco continentes, no se desvió de sus propios planes:

Se afinaron los detalles finales y se preparó a miles de trabajadores y directivos para comenzar este último 1 de enero el imprescindible proceso de ordenamiento monetario que incluye la unificación monetaria y cambiaria, y reformas a los salarios, precios, pensiones y jubilaciones. Restableceremos el valor del trabajo en nuestra sociedad y el funcionamiento armónico de la economía.

Se avanzó hasta donde lo permitió la pandemia en el cumplimiento de una ambiciosa agenda legislativa, consecuencia de los deberes asumidos con la nueva Constitución que por abrumadora mayoría adoptamos en libre referendo en 2019. Precisamente fruto de ese ejercicio fueron también las decenas de leyes, decretos leyes y resoluciones ministeriales adoptadas en función del ordenamiento.

La Cuba soberana que se proyecta al 2021 estará gobernada por un presupuesto cuyo 50% de gastos será para fines eminentemente sociales; que a fines de año tendrá protegida contra la covid a toda su población; que seguirá ofreciendo a otros pueblos toda la solidaridad que le permitan sus escasos recursos; que legislará en la forma democrática y participativa en que lo hacemos y que defenderá con uñas y dientes su fórmula vital de cultura y libertad.

Aspiramos a mejores relaciones con nuestro vecino y su nuevo gobierno, pero nada nos quita el sueño. Nada hemos hecho para merecer el bloqueo y la agresión y nada haremos para que se renuncie a ellos. La independencia, la libertad y la soberanía cubanas no están en negociación.

Por eso esta fecha es también de gratitud hacia todos nuestros amigos en el mundo y hacia el gran pueblo argentino y sus autoridades, a las cuales expresamos toda nuestra solidaridad.

En este año las relaciones argentino-cubanas pasaron por importantes pruebas que evidenciaron su inmenso potencial y el caudal de amor de pueblo que tributa a ellas. En lo político, lo económico, lo cultural, lo científico y en muchas áreas más seguimos avanzando y nada nos detendrá.

No lo duden. Trabajaremos sin cansancio, con inspiración y música, en pos del desarrollo, la dignidad, la solidaridad y la belleza. Enmendaremos los errores propios, soñaremos con lo imposible y enfrentaremos las asechanzas que impiden el triunfo de toda la justicia en nuestra patria.

Muchas gracias, ¡Viva Cuba Libre!



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