miércoles, febrero 18, 2015

NETFLIX EN CUBA: LOS MITOS Y LAS SOMBRAS

Las fuentes de la propia empresa lo revelan, y los investigadores en comunicación lo confirman, que solo 57 millones de personas tienen acceso a los menúes de la empresa de cine y televisión estadonidense Netflix, todos descargables en streaming, es decir, que se necesita conexión de banda ancha a altas velocidades y máquinas (PCs y Iphones o Tablets) con recursos técnicos y software que puedan soportar dicha presión. Presumen de ofrecer dos billones de horas de materiales audiovisuales por 7,99 dólares mensuales en cincuenta países, entre ellos Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay y Uruguay, que le suman 5 millones de adeptos. Y quieren añadir la rica producción televsiva y cinematográfica cubana. No es poco.
Redondeando los números, serían 62 millones de seres humanos los "beneficiados"; es decir, hablamos del 0,8 de la población mundial; mientras que cincuenta países son apenas la cuarta parte de todos los existentes en este planeta. Siendo las comunicaciones y la exportación de sus valores a Cuba una prioridad de la política exterior y la agenda subversiva de Estados Unidos con la isla, como han anunciado los gobernantes estadounidenses, no es de extrañar la prioridad que nos han concedido para envidia de algunos presumidos desarrollados. Así las cosas, Cuba sería la octava nación de América Latina donde Netflix ofrecería sus servicios y España, por ejemplo, un país tan avanzado y tan conectado, con tanta banda ancha y sin bloqueo, según el periódico El País, mira con sorpresa y continúa a la espera de su turno, mientras se preocupa por contar los beenficios de milones de turistas en la Isla y cuestionar de dónde sacarán las tarjetas de crédito los cubanos, para pagar contra una cuenta en el exterior. 
Pero Cuba no es Europa del Este, ni la Unión Soviética, no ha vivido autoaislada de su occidente cultural y geográfico y su pueblo consume, conoce y hasta discrimina lo mejor y lo peor de las producciones audiovisuales norteñas. Aquí no habrá desembarco asombrado de Mickey Mouse y el Pato Donalds. Y hasta por el bloqueo, a falta de recursos e Internet, siempre nos las hemos agenciado para estar al tanto de las novedades. 
Ya habrá familias cubanas y gobiernos extranjeros dispuestos a pagar la factura.  Eso nadie lo dude. Vivir para ver.

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