En apenas 72 se volverán a ver las caras las delegaciones de Cuba y Estados Unidos, esta vez en Washington. La delegación de la Isla espera respuestas de su contraparte sobre la demanda de retirarla de la lista de países terroristas y la solución de la cuestión bancaria, condiciones indispensables para que pueda funcionar cualquier embajada. También lleva una propuesta para discutir sobre derechos humanos, no en abstracto, no en menguado, no en cuerda de politización selectiva, sino cara a cara, derecho por derecho.
Nuestras posiciones ahora son más realistas. Sabemos que se generaron grandes
expectativas porque muchos creyeron que se avenía el fin del bloqueo,
pero hay una diferencia entre la voluntad y la práctica, entre el realismo y la ingenuidad, y se afianza de nuevo la fe en que la salvación está en nosotros, y en que nada debemos esperar de un vecino poderoso que nos desdeña. El Dr. Agustín Lage Dávila, habló también de ello en esta última entrega de su entrevista con Cubadebate.
TENEMOS UN GRAN PROBLEMA
-¿Por qué cree que nosotros también corremos el riesgo de la ingenuidad?
-Porque pudiéramos olvidarnos de que esas intenciones de EEUU han
estado y siguen estando ahí. Si el error de la ingenuidad lo podemos
evitar, puede haber una construcción muy beneficiosa para Cuba, para
EEUU, para América Latina y para el mundo en su conjunto, y nos
permitiría a nosotros concentrarnos en el problema fundamental. Creo que
la sociedad cubana hoy tiene un solo problema: el problema económico.
Para mí todos los demás son derivados de ese y es el problema para el
cual nosotros tenemos que encontrar una manera de enfrentarlo, que ha de
ser muy creativa.
-¿Sólo económico?
-Los países que han tenido recientemente un gran despegue económico
se lo deben a un enorme mercado interno, como el caso de China, y en
otros países, por el apalancamiento de los recursos naturales, como
Venezuela, Bolivia, Ecuador… En Cuba no tenemos ninguna de las dos
cosas. Ni tenemos un mercado doméstico grande sobre el que construir una
industrialización hacia adentro, ni tenemos recursos naturales
abundantes que nos permitan ingresos que financien un desarrollo
económico. Tenemos que construir un desarrollo económico basado en la
ciencia y la técnica. No hay otra alternativa. Esa es nuestra palanca.
-¿Cómo se hace eso?
-No está escrito en ninguna parte. Ese es digamos, el reto
intelectual y cultural de los cubanos que debemos que enfrentar y de ese
reto se derivan los otros. Enfrentar con éxito ese problema económico
equivale a validar el concepto de que tenemos una opción de desarrollo
basada en la equidad, en la igualdad social, en una sociedad solidaria.
Si fracasamos en este proyecto, entonces estaríamos validando la
estrategia del sálvese quien pueda, en la que cada cual resuelve su
problema económico. Y eso conduce a la fragmentación de la sociedad. Por
eso el problema económico es esencialmente un desafío cultural del
cubano.
-Podríamos ser una sociedad muy próspera, sin ser socialista…
-Pienso que no. En Cuba la prosperidad económica y el socialismo
están vinculados. La posibilidad de construir una sociedad próspera
desigual en Cuba no existe y es lamentable que haya gente que no lo
entienda. La cultura cubana no tolera los niveles de desigualdad con los
que se ha construido la prosperidad promedio en otros países. Eso
funcionará en otros lugares, pero aquí no. Una sociedad con grandes
desigualdades incubaría necesariamente grupos cuyos intereses se
distancian de los del desarrollo de toda la sociedad.
Para una sociedad como la nuestra, que por razones económicas tiene
que desarrollarse sobre la base de la ciencia y la técnica, es
incompatible la subordinación al libre mercado, a la competencia, a
todos estos conceptos del neoliberalismo que nunca han desarrollado a
nadie. Hay países ricos que tienen desarrollo científico y hay países
pobres que no tienen desarrollo científico. Hay ciertamente una
correlación. Pero correlación es una cosa y causalidad es otra. A la
vez que hay un determinado nivel de recursos y prosperidad, con esos
recursos y esa prosperidad se financia un desarrollo científico. Eso no
quiere decir que ese recurso y esa prosperidad hayan sido originadas por
el desarrollo científico.
El origen de la prosperidad de los países ricos de este mundo tiene
poco que ver con la ciencia. Europa le debe la base de la prosperidad a
la conquista de América. No es una opción hoy para los países en
desarrollo. Por tanto, nuestra prosperidad económica tiene que basarse
en la ciencia y la técnica con raíces en el socialismo y en la sociedad
igualitaria, o no va a ocurrir. Pienso que los cubanos hemos construido
ética y cultura suficientes para lograrlo.
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