miércoles, febrero 25, 2015

CUBA-EE.UU.: COLETILLAS A UN LARGO PROCESO (XIV)

En apenas 72 se volverán a ver las caras las delegaciones de Cuba  y Estados Unidos, esta vez en Washington. La delegación de la Isla espera respuestas de su contraparte sobre la demanda de retirarla de la lista de países terroristas y la solución de la cuestión bancaria, condiciones indispensables para que pueda funcionar cualquier embajada. También lleva una propuesta para discutir sobre derechos humanos, no en abstracto, no en menguado, no en cuerda de politización selectiva, sino cara a cara, derecho por derecho.
Nuestras posiciones ahora son más realistas. Sabemos que se generaron grandes expectativas porque muchos creyeron que se avenía el fin del bloqueo, pero hay una diferencia entre la voluntad y la práctica, entre el realismo y la ingenuidad, y se afianza de nuevo la fe en que la salvación está en nosotros, y en que nada debemos esperar de un vecino poderoso que nos desdeña. El Dr. Agustín Lage Dávila, habló también de ello en esta última entrega de su entrevista con Cubadebate. 
TENEMOS UN GRAN PROBLEMA
-¿Por qué cree que nosotros también corremos el riesgo de la ingenuidad?
-Porque pudiéramos olvidarnos de que esas intenciones de EEUU han estado y siguen estando ahí. Si el error de la ingenuidad lo podemos evitar, puede haber una construcción muy beneficiosa para Cuba, para EEUU, para América Latina y para el mundo en su conjunto, y nos permitiría a nosotros concentrarnos en el problema fundamental. Creo que la sociedad cubana hoy tiene un solo problema: el problema económico. Para mí todos los demás son derivados de ese y es el problema para el cual nosotros tenemos que encontrar una manera de enfrentarlo, que ha de ser muy creativa.
-¿Sólo económico?
-Los países que han tenido recientemente un gran despegue económico se lo deben a un enorme mercado interno, como el caso de China, y en otros países, por el apalancamiento de los recursos naturales, como Venezuela, Bolivia, Ecuador… En Cuba no tenemos ninguna de las dos cosas. Ni tenemos un mercado doméstico grande sobre el que construir una industrialización hacia adentro, ni tenemos recursos naturales abundantes que nos permitan ingresos que financien un desarrollo económico. Tenemos que construir un desarrollo económico basado en la ciencia y la técnica. No hay otra alternativa. Esa es nuestra palanca.
-¿Cómo se hace eso?
-No está escrito en ninguna parte. Ese es digamos, el reto intelectual y cultural de los cubanos que debemos que enfrentar y de ese reto se derivan los otros. Enfrentar con éxito ese problema económico equivale a validar el concepto de que tenemos una opción de desarrollo basada en la equidad, en la igualdad social, en una sociedad solidaria. Si fracasamos en este proyecto, entonces estaríamos validando la estrategia del sálvese quien pueda, en la que cada cual resuelve su problema económico. Y eso conduce a la fragmentación de la sociedad. Por eso el problema económico es esencialmente un desafío cultural del cubano.
-Podríamos ser una sociedad muy próspera, sin ser socialista…
-Pienso que no. En Cuba la prosperidad económica y el socialismo están vinculados. La posibilidad de construir una sociedad próspera desigual en Cuba no existe y es lamentable que haya gente que no lo entienda. La cultura cubana no tolera los niveles de desigualdad con los que se ha construido la prosperidad promedio en otros países. Eso funcionará en otros lugares, pero aquí no. Una sociedad con grandes desigualdades incubaría necesariamente grupos cuyos intereses se distancian de los del desarrollo de toda la sociedad.
Para una sociedad como la nuestra, que por razones económicas tiene que desarrollarse sobre la base de la ciencia y la técnica, es incompatible la subordinación al libre mercado, a la competencia, a todos estos conceptos del neoliberalismo que nunca han desarrollado a nadie. Hay países ricos que tienen desarrollo científico y hay países pobres que no tienen desarrollo científico. Hay ciertamente una correlación. Pero correlación es una cosa y causalidad es otra.  A la vez que hay un determinado nivel de recursos y prosperidad, con esos recursos y esa prosperidad se financia un desarrollo científico. Eso no quiere decir que ese recurso y esa prosperidad hayan sido originadas por el desarrollo científico.
El origen de la prosperidad de los países ricos de este mundo tiene poco  que ver con la ciencia. Europa le debe la base de la prosperidad a la conquista de América. No es una opción hoy para los países en desarrollo. Por tanto, nuestra prosperidad económica tiene que basarse en la ciencia y la técnica con raíces en el socialismo y en la sociedad igualitaria, o no va a ocurrir. Pienso que los cubanos hemos construido ética y cultura suficientes para lograrlo.

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