Mito 2: “Fue el gobierno revolucionario en Cuba el que
empujó la situación hacia la ruptura de las relaciones diplomáticas en
enero de 1961”.
En abril de 1959 Fidel viaja a los Estados Unidos
-su segunda salida al exterior después del triunfo de la
Revolución-,(13) no para pedir dinero como estaban acostumbrados los
presidentes de la república neocolonial burguesa, sino para explicar los
rumbos que tomaría la Revolución y tratar de lograr la comprensión del
gobierno y pueblo de los Estados Unidos sobre el nuevo momento histórico
que se vivía en Cuba.
También el viaje fue una continuación de la
“Operación Verdad”, llevada adelante por el gobierno y pueblo cubanos en
los primeros meses después del triunfo de la Revolución para responder a
la gran campaña de infundios de los medios occidentales y
representantes del gobierno de los Estados Unidos que señalaban que en
la Isla se estaba produciendo un “baño de sangre” contra los antiguos
defensores el régimen de Batista.
Todo pudo haber sido menos traumático para los Estados
Unidos, de haber respondido de manera diferente a la Revolución Cubana.
La reacción airada y hostil de Washington solo logró incentivar y
acelerar la radicalización del proceso revolucionario y el acercamiento
–como lo había deseado Allan Dulles para que sirviera de pretexto para
una escalada del conflicto- a la URSS. Realmente la clase
dominante de los Estados Unidos estaba incapacitada para entender lo que
sucedía en la Isla y el papel de su nuevo liderazgo. Lo que estaba
ocurriendo en la Mayor de las Antillas se iba de todos los cálculos
posibles. Les era imposible pensar que, luego de tantos años de exitoso
control del hemisferio occidental, pudiera un país tan cercano apartarse
de sus designios e influencias.
Ante la aceptación de Fidel de una invitación de la Sociedad Americana de Editores de Periódicos
para visitar Washington y hablar ante su reunión anual en abril, lo
primero que hizo Eisenhower en una reunión del Consejo Nacional de
Seguridad Nacional fue preguntar si no se le podía negar la visa al
líder cubano, para luego -ya durante la estancia de Fidel en ese país-
evadir la posibilidad de un encuentro. Ike prefirió irse a jugar golf en
Georgia que recibir a Fidel. Dejó esta “incómoda” misión en manos del
secretario de Estado Cristian Herter y el vicepresidente Richard Nixon.
Este último trató de dar lecciones a Fidel de cómo gobernar en Cuba y
más tarde escribiría en sus memorias que había salido de la reunión con
el líder cubano convencido de que había que derrocar al gobierno
revolucionario de la Isla de inmediato.(14)
Es decir, solo a tres meses del triunfo revolucionario,
cuando aun no se habían establecido los vínculos con los soviéticos, ni
firmado la ley de reforma agraria y prácticamente no se había tomado
medida alguna que afectara sustancialmente los intereses de los Estados
Unidos, la administración Eisenhower se mostraba poco cooperativa y más
bien adversa con el nuevo gobierno cubano, especialmente con Fidel
Castro. Ello a pesar de que el líder cubano, buscaba la manera
de no provocar una ruptura abrupta con Washington, si bien advertía en
cada discurso a los vecinos del norte que las cosas iba a ser
diferentes, pues en Cuba por primera vez habría independencia y
soberanía absoluta.
Por otro lado, las nacionalizaciones de propiedades estadounidenses
en los años 59 y 60 no fueron una provocación deliberada de Cuba para
buscar la ruptura de las relaciones con los Estados Unidos, sino una
necesidad de la Revolución, planteada desde 1953 por Fidel, en su famoso
alegato de autodefensa ante los tribunales de la tiranía batistiana, La
historia me absolverá y prevista en la Constitución de 1940.(15)
También fueron una respuesta a las agresiones constantes del gobierno de
Washington y al cerco económico que comenzó mucho antes de establecido
el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba por orden
ejecutiva del presidente Kennedy en febrero de 1962. Sin embargo, las
nacionalizaciones cubanas no fueron discriminatorias y Cuba estuvo
dispuesta en todo momento a negociar la indemnización por las
propiedades estadounidenses expropiadas. Así lo hizo con otros países
como Francia, Inglaterra, Irlanda del Norte, Canadá y España. Solo el
gobierno de los Estados Unidos se negó a establecer una fórmula de pago
que no fuera “rápida, adecuada y efectiva”.
Washington rompió relaciones diplomáticas con Cuba en enero
de 1961, alegando que era una respuesta a medidas hostiles de la Isla,
cuando en realidad, el gobierno de Eisenhower desde mucho tiempo antes
buscaba ese rompimiento. Desde finales de octubre de 1960 Estados Unidos había retirado a Bonsal como embajador en La Habana.
“El gobierno al cual yo representaba –recordaría años después Bonsal- había
hecho todo cuanto podía para incapacitar la economía y el comercio del
país ante el cual estaba acreditado. Era un secreto a voces que el
Gobierno al que yo representaba estaba entrenando y armando
aceleradamente a ciudadanos cubanos exilados a fin de contribuir al
derrocamiento por la fuerza del Gobierno con el cual yo estaba
manteniendo una semblanza de relaciones diplomáticas. Para ponerle la
tapa al pomo, miembros de mi personal, acreditados ante el Gobierno
cubano con el derecho a la inmunidad diplomática fueron descubiertos por
las autoridades cubanas en actividades que dicha inmunidad no debía
cubrir”.(16)
Las evidencias documentales revelan que los representantes de la
embajada de los Estados Unidos que permanecieron en La Habana, el
departamento de estado y el propio presidente Eisenhower, llevaban
varios meses estudiando la posibilidad de romper relaciones diplomáticas
con Cuba. Solo esperaban esta se produjera en el momento más oportuno,
preferiblemente de consuno con la OEA, la cual debía “pedir” a los
Estados Unidos esta ruptura, aunque algunos países de la región se
opusieran. El presidente Eisenhower llegó a señalar que “se sentiría
muy feliz si antes del 20 de enero pudiéramos dar un paso como el
rompimiento de relaciones con el Gobierno de Castro hecho en
concurrencia con cierto número de Gobiernos latinoamericanos”.(17)
La decisión del gobierno cubano, debido a su carácter hostil e
injerencista, de limitar el personal de la Embajada estadounidense en La
Habana a 11 miembros –Estados Unidos tenía más de 300-, el mismo número
de funcionarios que tenía Cuba en Washington, fue el pretexto que vino
como anillo al dedo a la administración Eisenhower para romper las
relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1961 y presentar a la
Isla como la agresora.
Fidel explicó al pueblo y al mundo el por qué de la decisión de
reducir el personal diplomático de los Estados Unidos en la embajada de
ese país en La Habana: “La Revolución ha tenido mucha paciencia; la
Revolución ha consentido que una plaga de agentes del servicio de
inteligencia, disfrazados de funcionarios diplomáticos de la embajada
americana, haya estado aquí conspirando y promoviendo el terrorismo.
Pero el Gobierno Revolucionario ha decidido que antes de 48 horas, antes
de 48 horas, la embajada de Estados Unidos no tenga aquí¬ ni un
funcionario más de los que nosotros tenemos … Permítanme terminar la
idea. El hecho de que hubiésemos establecido un orden en la expresión,
ha servido en este caso para descubrir un deseo del pueblo. Nosotros no
í¬bamos a decir todos los funcionarios, sino ni un funcionario más del
número de los que nosotros tenemos en Estados Unidos, que son 11. Y
estos señores tienen aquí¬ más de 300 funcionarios, de los cuales el 80%
son espías… Si ellos quieren irse todos, entonces ¡que se vayan!
Ellos, a través de la representación diplomática, han introducido aquí¬
un verdadero ejército de agentes conspiradores y promotores del
terrorismo…Por lo tanto, el gobierno revolucionario adopta esta posición
que ha expresado aquí¬. No rompemos con ellos, pero si se quieren ir,
¡que les vaya bien!”(18)
(Tomado de Elier Ramírez Cañedo, en Cubadebate) CONTINUARÁ...
Notas:
(13)El primer viaje al exterior de Fidel después del triunfo revolucionario fue a Venezuela.
(14)Richard Nixon, Six Crises, Simon& Schuster, Nueva York, pp.351-352, 1990.
(15)Véase Olga Miranda, Cuba/Usa. Nacionalizaciones y Bloqueo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996.
(16)Citado por Carlos Alzugaray en: Ob.Cit, p.213.
(17)Ibídem, pp.214-215.
(18)Citado por Nelson Valdés, ¿Cómo y por qué los EE.UU rompieron
relaciones con Cuba? Un examen ecuánime 54 años después, en: Blog La
Joven Cuba,http://jovencuba.com/2015/01/15/como-y-por-que-los-eeuu-rompieron-relaciones-con-cuba-un-exame-n-ecuanime-54-anos-despues/ (Internet)
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