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martes, febrero 16, 2021

REFLEXIONES CULTURALES NO TAN COOLES NI SEXYS

Tantas veces me mataron / Tantas veces me morí / Sin embargo estoy aquí resucitando… 

La Cigarra, María Elena Walsh 

La transmedia sindicalizada devuelve por estos días un artículo sobre Cuba de un catedrático chileno formado en Europa y Estados Unidos, dedicado a la docencia e investigación en Ciencia Política, Seguridad Internacional, Historia de las Relaciones Internacionales, y que ha asumido con delectación el pensamiento políticamente correcto de la época opinando de lo que no conoce, pero que suena ilustrado y convincente al oído profano, y puede ser financieramente redituable.

domingo, diciembre 13, 2020

EL ARTE, LOS ARTISTAS Y LA REVOLUCIÓN

El presbítero Félix Varela, que empeñó su vida al servicio de Dios en hacer pensar como pueblo a los cubanos y lograr autonomía para la Isla, fue forzado a abandonarla por la Corona y el Clero, para entonces la misma cosa. Pudo ser santo por haber hecho el milagro de crear nuestra identidad, pero en los reinos divinos, para el pensamiento herético las cosas van despacio.

José María Heredia, el poeta del Himno del Desterrado y la Oda al Niágara, se vio forzado a salir de Cuba por sus ideas políticas, y Juan Clemente Zenea corrió peor destino, fusilado por el gobierno colonial en el foso de los laureles de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Ese también fue la suerte de Pedro Perucho Figueredo, músico y poeta, al que debemos La Bayamesa, hoy Himno Nacional.

domingo, noviembre 29, 2020

LA REVOLUCIÓN DIALOGANTE

El triunfo de la Revolución Cubana ocurrió sobre el odio, la represión y el crimen. Su victoria fue contra una dictadura cuyos esbirros sacaban los ojos y las uñas, martirizaban hasta la muerte a jóvenes, o los lanzaban a las cunetas como las fieras selváticas lo hacen con los despojos de sus presas.

Quienes sedimentaron con su valentía, su sangre o la vida la apoteosis popular de 1959 y el nuevo pacto social, político y económico socialista que de ello derivó, llevaban a José Martí como estandarte moral, ético y justiciero. Nunca fue el odio sino el amor el sentimiento que, como definió hermosamente el Che, ocupó su corazón.