La voz le creció del pecho enjuto de llorar la pérdida sufrida de niña y el dedo acusador apuntó al traidor de su pueblo que la había ofendido en lo más hondo. Odalys Pérez perdió a su padre en el atentado terrorista al avión de Cunaba de Aviación en Barbados, el 6 de octubre de 1974. El era el piloto de la aeronave -un DC 10, cargado de otros 75 pasajeros.
Fue en el instante en que el mercenario Guillermo Fariñas se le cruzó en el camino, en uno de los intentos por ingresar al Foro de la Sociedad civil en la VII Cumbre de las Américas, para legitimarse como "opositor" y "dialogar" con la sociedad civil cubana que el llama "oficial". Desde hacia dos días, su foto abrazado con Luis Posada Carriles, el autor del crimen de Barbados, había circulado a los medios y entre los participantes de la cita hemisférica. El fantoche financiado por la NED, usualmente grosero y guapetón, palideció frente a aquella mujer diminuta vestida con un pulóver donde se veía la imagen del avión cayendo, y que en nombre de los familiares de las víctimas le pedía cuentas por su infame complicidad. Apenas se atrevió a balbucear una burlesca justificación ante los periodistas que contemplaban la denuncia y que la censuraron, también en complicidad.
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