Ante
todo agradezco al compañero Nicolás Maduro sus palabras sobre la Revolución
cubana y su histórico estoicismo. En nombre de Cuba, mi amado país, tengo la
honrosa misión de dirigirme a ustedes porque nuestro Presidente, el General
Raúl Castro, no ha podido estar con nosotros esta noche. Les aseguro que Raúl
goza de perfecta salud, que lo sepan bien nuestros enemigos; pero, como ustedes
saben, ha tenido un día muy intenso.
Me dirijo a ustedes en este Paraninfo
donde hace 15 años terroristas que aún caminan por calles de la Florida,
intentaron aviesamente asesinar al Comandante Fidel Castro y a cientos de
panameños y compatriotas latinoamericanos, de la Patria Grande. Quiero, además,
desde esta tribuna de legítima raíz popular, saludar a los delegados reunidos
aquí en la verdadera cumbre, la de los pueblos.
Traigo
un mensaje de admiración, gratitud y respeto de parte de Fidel y de Raúl por
todo lo que han hecho ustedes para que este evento sintetice las aspiraciones
auténticas de los pobres de la tierra, como dijo José Martí. Ustedes nos han
acompañado siempre en la batalla contra el injusto bloqueo a Cuba. Esta es una
larga batalla que hay que seguir dando, como dijo Raúl, y sabemos que contamos
y que contaremos siempre con el apoyo de ustedes.
Hemos
escuchado en la mañana de hoy la intervención del Presidente de Cuba, que en
sus palabras ratificó los principios de solidaridad, internacionalismo y
defensa de las ideas de Bolívar, de Sucre, de Martí, de Sandino, de Chávez y
Fidel Castro. Cuba nunca les fallará a los pueblos de nuestra América. Y jamás
se va a debilitar el espíritu de generosidad y entrega que hoy se expresa en
miles de médicos cubanos que combaten epidemias letales y en maestros que
salvan de la ignorancia a muchas comunidades del planeta que el sistema
capitalista mantiene en condiciones insostenibles de miseria material y
espiritual.
Mi
abrazo fraterno para el presidente Nicolás Maduro. Este ha sido un abrazo de
alegría y satisfacción. El primero nos lo dimos en la triste ocasión en que rendíamos
un último tributo al Comandante Chávez hace dos años. Maduro ha sido estoico y
combativo, como buen sucesor del inolvidable Hugo.
Y mi abrazo también para el valiente, agudo y culto
Rafael Correa y para los Presidentes del Alba que no se encuentran hoy aquí,
así como para todos los Presidentes progresistas de esta nueva América Latina.
Y también, por supuesto, para los líderes de los movimientos sociales que
contra viento y marea mantienen en alto las banderas de la justicia y la
emancipación social. ¡Viva la Cumbre de los Pueblos! ¡Viva América Latina!
¡Venceremos!
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