El
intelectual cubano Eusebio Leal Spengler es una de las
personalidades invitadas al Foro de los Rectores que esta mañana comenzó sus
sesiones en el Centro de Convenciones Megapolis del hotel Hard Rock.
Lo
que ha sucedido en Panamá con el Foro de la Sociedad Civil se veía venir, dijo en la noche a
algunos enviados de la prensa cubana, pues intentaron unir el aceite y el vinagre, como si un
titiritero, desde un escenario quisiera componer a la sociedad cubana
quitándole al pueblo su representación más legítima e imponiéndole elementos o
personas que desgraciadamente se han comportado en muchas ocasiones, o casi
siempre, de una forma violenta.
Acerca
de la presencia de los mercenarios denunciados reiteradamente por Cuba añadió
que “se ha cometido la
indelicadeza de traer a ese tipo de personas. Nosotros hemos venido con la
misión de representar a un Estado soberano a una cita que, por muchas razones,
es histórica y marcará un punto en la historia”.
Si
eso es así, comentó, cómo no sufrir o padecer que, siendo los invitados, los
representantes reales de las instituciones y personas de nuestro país, traigan
a un criminal connotado que, encima de todo, exhibe la imagen horrenda que por
pudor los cubanos no han mirado en mucho tiempo: la del asesino del Che. Con
eso uno siente que le ha caído una salpicadura de lodo en el traje limpio. Se
siente verdaderamente traicionado.
Interrogado
acerca del primer Foro de Rectores de la Cumbre de las Américas aclaró que “se
supone que en un ámbito académico estas cosas no sucedan, sobre todo porque ese
tipo de personas que integran la contrarrevolución pagada por Estados Unidos no
tienen accesibilidad porque carecen de la capacidad intelectual para estar
allí.
“Nosotros
tenemos que comportarnos en todas partes con altura e hidalguía. No daremos
nunca el primer golpe, ni verbal ni físico; lo correcto es representar a Cuba,
un pueblo que tiene una educación, un sentido de la vida, de la razón, un por
qué luchar y que no puede, de ninguna manera, mancillar su convivencia con
personas ajenas y absolutamente impuras para estar en un diálogo político sobre
cuestiones de soberanía, sociedad civil, nacionalidad, o sencillamente Cuba”.
Confirmó
que el rector Gustavo Cobreiro debe intervenir esta mañana en el panel Visión
sobre la Educación Superior en el Desarrollo de la Región: “Le corresponde
hablar allí al rector de la Universidad de La Habana por ser una superior entre
iguales, por su historia, por lo que ha vivido ese centro a lo largo de los
siglos. Si después, en las mesas de trabajo surge algún tema que amerite hacer
una intervención, la haremos”.
“No
soy un embalsamador de momias ni un personaje del Egipto antiguo”, se defendió
en tono jaranero al preguntársele acerca de cómo se siente en una ciudad tan
arquitectónicamente moderna, “sencillamente me es ajeno un entorno por el que
no puedo caminar pues yo soy un caminante viejo.
“No
obstante en Panamá está el Casco Viejo, como le llaman aquí, algo de mucho
mérito, Patrimonio de la Humanidad, donde se halla el monumento a Carlos J.
Finlay y al que llegaron José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. Ellos
pasaron por Panamá cuando el istmo todavía era parte de la América nuestra.
“Años
después otros revolucionarios pasaron por aquí, como si fuera de tránsito
obligado. Tan es así que Bolívar llegó a pensar que la reunión que se
celebraría aquí, el Congreso Anfictiónico, llegaría a ser, por su trascendencia
política, más importante que la del istmo de Corinto.
“Lo
cierto es que en estos momentos estamos reunidos aquí los americanos, nosotros
somos los hijos de Nuestra América y no podemos dejarnos despojar de una idea,
de un color, de un pensamiento, ni sentirnos avergonzados de la palabras
libertad, democracia o derechos humanos porque quizás los mismos que vienen a
denunciar que Cuba no los cumple, son los que la Revolución liberó de sus
propias cadenas y de la humillación que como clase, como gente, sufrieron antes
de la Revolución”.
(Escrito por Yimel Díaz, tomado
de Trabajadores)
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